Preparación de la presentación de Abanca en Santiago de Compostela
Preparación de la presentación de Abanca en Santiago de Compostela - Miguel muñiz

De las cajas a Abanca

En sus mejores épocas, Galicia llegó a tener hasta diez entidades propias operando en el mercado

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El 19 de diciembre de 2013 el mayor banco privado de Venezuela, Banesco, se alzaba como vencedor indiscutible de la subasta de Novagalicia Banco. Puso sobre la mesa 1.003 millones de euros. En junio de 2014 Banesco, que operaba en España con el Etcheverría, ejercía a todos los efectos como nuevo dueño. El 7 de octubre, las juntas de accionistas de Abanca (el cuarto nombre de las antiguas cajas gallegas) y del pequeño banco de Betanzos daban luz verde en La Coruña al nacimiento de Abanca Grupo Banesco (resultado de su fusión), la décima entidad de España por activos.

Es el último capítulo que ha escrito el ajuste del mapa financiero gallego, tras 70 años de integraciones, transformaciones y absorciones que han llevado a Galicia a perder el control sobre sus principales entidades.

En sus mejores épocas llegó a tener hasta diez propias operando en el mercado. De este modo, el sólido sistema de ataño, con acento meramente gallego, se reduce hoy a la cooperativa de crédito Caixa Rural Galega con sede en Lugo.

El 18 de octubre de 2010 las asambleas generales de Caixanova, en Vigo, y Caixa Galicia, en La Coruña, se reunían por última vez, una cita histórica en la que se ratificaba el proyecto de fusión. Se hacía en el marco de un estricto proceso de reestructuración financiera que tenía como máxima: menos bancos y más rentables. Su unión, alcanzaba los mínimos exigibles y recibía el respaldo del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) por 1.162 millones de euros.

Pero, para seguir operando como una caja de ahorros Novacaixagalicia (resultado de la fusión de las entidades del sur y el norte) había que adaptarse a las nuevas normas. Esto obligaba a la caja gallega a transformarse en banco con apenas 10 meses de vida, en septiembre de 2011. La segunda fase no tardaría en llegar y el FROB nacionaliza la entidad en octubre, tras inyectar otros 2.400 millones de euros.

Entonces, solo se estaba a la mitad del camino. Con José María Castellano llega la etapa de recapitalización. Había que conseguir la suficiente inversión privada para comprar su parte al FROB (93%). Papel protagonista adquiere entonces el grupo de los 19, los empresarios gallegos que llegaron a invertir en su conjunto 70 millones de euros (el 2,5% de su valor en títulos). Una inversión que quedaría diluida a cero tras aplicar el Fondo una operación acordeón —está recurrida en los juzgados con sentencias favorables a los socios capitalistas— para luego inyectar otros 5.425 millones en NCG del rescate bancario de la UE. La misma suerte que corrió el 6% que aún conservaba Novacaixagalicia, convertida en Fundación Especial y que gestiona el legado social de las extintas cajas sostenida desde entonces con sus propios remanentes.

Gallego y Etcheverría

En diciembre de 2012, ejercicio que NCG cierra con unas pérdidas de 7.937 millones de euros, tras destinar 8.224 a saneamientos y provisiones, el FROB vende su participación en el Etcheverría (44,7%) a Banesco, que entra a operar en el sistema financiero español. El año 2013 depararía un nuevo sobresalto, cuando en abril el Estado cierra la venta en subasta de Banco Gallego al Sabadell. Lo hace por un euro y a cambio de 245 millones en ayudas. En septiembre se deshace de EVO —marca comercial de NCG fuera de Galicia—con su venta al fondo Apollo. Tres años de vértigo que culminaban con la compra de la entidad por Banesco.

Jubilaciones y preferentes

No pocos apuntan a que en este final de las cajas gallegas mucho ha tenido que ver la mala gestión de sus antiguos gestores. El escándalo fue mayúsculo al trascender que, pese a la difícil situación que atravesaba Novagalicia, cuatro antiguos cargos de la entidad —resultado de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova— habían blindado su salida con prejubilaciones millonarias que oscilaban entre los 691.261 euros y los 7,7 millones de euros, para lo que contaron con la connivencia de su presidente Julio Fernández Gayoso. Tras la apertura de juicio oral, se sentarán en el banquillo acusados de presuntos delitos de apropiación indebida y, alternativamente, estafa.

En paralelo, Galicia era la primera Comunidad en sentir el estallido social de quienes se vieron engañados por la estafa masiva de las preferentes; 43.000 afectados (según estimación de la Fiscalía). Con la puesta en marcha del mecanismo arbitral, a iniciativa de la Xunta, muchos recuperaron su dinero y tras las compra de NCG sus nuevos gestores dieron orden de devolver todo lo invertido a sus tenedores.

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