La expresidenta Dilma Rousseff, durante una rueda de prensa con corresponsales extranjeros
La expresidenta Dilma Rousseff, durante una rueda de prensa con corresponsales extranjeros - AFP

Rousseff: «Fue una pena de muerte política»

La expresidenta brasileña habla de su destitución, cuestiona la votación que la condenó y considera «ilegítimo» el Gobierno de Temer

Corresponsal en Sao Paulo Actualizado: Guardar
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«Fue una pena de muerte política», dice la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sobre su destitución, al mismo tiempo en que calificó de «extraña» la doble votación del Senado, que la condenó por maniobras fiscales en su segundo Gobierno, preservándole los derechos políticos para postularse a cargos y volver a administrar fondos públicos. Su destitución ha provocado disturbios por todo el país.

«Ésta es la mayor pena que un brasileño puede tener», reiteró sobre su destitución la exguerrillera, que fue juzgada, presa y torturada durante la dictadura. «No creo que lo que hicieron (mantener su derecho de postulación) lo atenue», afirmó. La expresidenta calificó de «golpe de estado» el proceso en varias ocaciones.

Rousseff cuestionó el hecho de que 16 senadores la condenasen por crímenes de responsabilidad en una primera ronda de votos, y después le perdonen la vida política.

La Constitución brasileña prevé que presidentes destituidos pierden esos derechos por ocho años, como ocurrió en 1992 con el expresidente Fernando Collor. La decisión está siendo criticada por petistas y por los socialdemócratas, opositores al nuevo Gobierno de Temer.

«Fue extrañísima esa doble votación. ¿Vota de una forma en una y después vota de otro en la siguiente? En Minas (Gerais), desconfiaríamos. Los mineros somos muy desconfiados», declaró la exmandataria en una rueda de prensa exclusiva para periodistas extranjeros, la primera después de la destitución.

Rousseff explicó su preferencia de hablar con corresponsales pues dice haber sido excluida por los medios nacionales desde su suspensión del cargo en mayo. «Quien permitió que me defendiese fue la prensa internacional, por noticias, por redes sociales. Si no, habríamos tenido un desierto de información», justificó Rousseff.

La exmandataria dijo que su sucesor, Michel Temer es «ilegítimo». «Ellos comenzaron a ejecutar (antes de su destitución) un programa de Gobierno que no tiene el menor respaldo de las urnas», señaló sobre su exvicepresidente. «Si él se toma el derecho de usar la vicepresidencia para asumir la presidencia, tiene que usarla para cumplir el programa que me dio el mandato en las urnas, sino la ilegitimidad es total», dijo la petista.

Sobre su futuro político Rousseff dice que no será candidata a cargos pero que será «oposición»a Temer, incluso apelando contra su proceso en todas las instancias posibles. Su abogado, Jose Eduardo Cardozo, completó que antes de eso va esperar una decisión de la Corte Suprema sobre el proceso de anulación del juicio, que solicitó el jueves. «Respeto la posición del senado, pero incluso así es un golpe parlamentario», enfatizó la exmandataria.

Preguntada sobre la fiscal Janaína Paschoal que le pidió disculpas al final de la acusación, diciendo que la procesó en nombre de los propios nietos de Rousseff, la expresidenta respondió: «Para mis nietos quiero un Brasil democrático y lleno de oportunidades».

Rousseff también comentó que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva estuvo con ella en todos los momentos del proceso de suspensión. La expresidenta confirmó que debe volver a su casa en Porto Alegre en el comienzo de la próxima semana, dejando Brasilia, donde vivió desde 2003, cuando Lula asumió su primer mandato. Rousseff también dijo que pasará unas temporadas en Río de Janeiro.

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