Michel Temer, en la ceremonia de clausura de los Juegos de Río 2016
Michel Temer, en la ceremonia de clausura de los Juegos de Río 2016 - AFP

Michel Temer presta juramento como presidente ante el Congreso brasileño

El que era hasta ahora presidente interino toma el relevo definitivo del país después de que el Senado haya aprobado la destitución de Dilma Rousseff

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El que hasta ahora era presidente interino de Brasil, Michel Temer, ha prestado juramento como presidente ante el Congreso este miércoles, después de que el Senado haya aprobado la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff. Su mandato será hasta 2018, cuando se celebrarán elecciones presidenciales.

La primera acción de Temer fue reunir a sus ministros tras jugar el cargo y exigió que desmonten la tesis del «golpe» defendida por la ahora exmandataria.

«A quienes les digan golpistas, respondan golpistas son ustedes, que están en contra de la Constitución», porque el proceso contra Rousseff fue hecho «dentro del más estricto marco constitucional», declaró en su primer encuentro con su gabinete tras jurar el cargo ante el Congreso.

«Nosotros no promovimos una ruptura constitucional» y «hemos sido de una discreción absoluta» frente al juicio político que enfrentó Rousseff y que hoy acabó con su destitución, decidida por el Senado por 61 votos a favor y sólo 21 en contra, afirmó.

Temer recordó que todas las fases del proceso fueron supervisadas por la Corte Suprema, cuyo presidente, Ricardo Lewandowski, dirigió personalmente las etapas finales del juicio político, que Rousseff hoy, consumada su destitución, insistió en definir como un «golpe de Estado parlamentario».

Más allá de las consideraciones políticas, Temer se refirió a la aguda crisis económica del país y, sobre todo, a los doce millones de desempleados que se calcula que existen hoy en Brasil.

Pidió a sus ministros que le ayuden a «poner a Brasil sobre los rieles» del crecimiento económico y les advirtió de que ahora ocupan «otra posición», porque el Gobierno ha dejado atrás la condición de interino que tuvo desde el pasado 12 de mayo, cuando Rousseff fue suspendida de sus funciones.

Temer aseguró que, desde que está en el poder, ha logrado tejer una «extraordinaria relación» con el Congreso, a la que en buena medida atribuyó la decisión adoptada hoy por el Senado, que desalojó del poder a Rousseff.

«Tenemos un horizonte de dos años y cuatro meses», indicó sobre el mandato que asume, que concluye el 1 de enero de 2019, y dijo que «a partir de hoy la exigencia será mucho mayor», pues la sociedad «espera que se haga todo aquello de lo que hemos alardeado» y se contenga la crisis económica del país.

«Espero que cuando dejemos el poder, lo hagamos con el aplauso del pueblo brasileño», declaró Temer, aunque admitió que «no será fácil». Explicó que, para acelerar el proceso de recuperación de la economía, es que ha decidido viajar hoy mismo hacia China para asistir a la Cumbre del G20. «Digan que estamos viajando para divulgar que en Brasil tenemos seguridad institucional y jurídica», declaró.

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