Agentes de la Policía registran la casa del asesino de la diputada Jo Cox en Birstall, norte de Inglaterra
Agentes de la Policía registran la casa del asesino de la diputada Jo Cox en Birstall, norte de Inglaterra - EFE

La Policía encuentra insignias nazis y libros ultras en casa del asesino de Jo Cox

«No puedo, me duele demasiado», fueron las últimas palabras de la diputada laborista, en brazos de su ayudante musulmana

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Jo Cox llegó a la biblioteca de Birstall en el asiento trasero de un coche que conducía su joven ayudante Fazila Aswat, una musulmana que lleva velo. Nada más salir, se produjo el ataque de Thomas Mair, de 52 años. Un hombre de 77 años intervino heroicamente para proteger a la diputada y fue acuchillado también. Luego Mair disparó contra Jo Cox. Ya en el suelo, le asestó dos tiros más, uno en la cara. La acuchilló repetidamente y la pateó. Fazila sostuvo a Jo entre sus brazos, cuando yacía tendida en un gran charco de sangre, y le pidió que intentase levantarse: «No, me duele demasiado». Fueron sus últimas palabras.

Tommy Mair se alejó caminando despacio y tras gritar varias veces «Britain first», nombre de un partido de ultraderecha xenófobo, que ha negado que milite en sus filas y ha emitido un vídeo de condena.

La policía de West Yorkshire asegura que investiga como móviles los vínculos con la extrema derecha y su inestabilidad mental. En los registros en su vivienda, un adosado de protección oficial a un cuarto de hora caminando del lugar del crimen, se han encontrado insignias nazis y libros de esa ideología y de ultra derecha racista.

Fue suscriptor de una revista neonazi sudafricana

En los años ochenta fue suscriptor de una revista neonazi sudafricana. Una asociación estadounidense que persigue a grupos racistas ha publicado también recibos de 1999 que prueban que compró por internet un libro sobre fabricación casera de armas a «National Vanguard Books», editorial de la National Alliance, un grupo supremacista blanco cuyo líder murió en 2002. En total se gastó 430 libras (546 euros) en sus publicaciones.

Duane St. Luis, hermanastro de Tommy, asegura que era «incapaz de matar una mosca» y que no estaba politizado ni hacía comentarios racistas, «de hecho yo mismo soy una mezcla racial». La madre del asesino aún vive. La visitaba cada semana para llevarle la compra.

Amenazas constantes

Jo Cox r ecibió durante tres meses mensajes amenazantes de un hombre. Eran cada vez más constantes, hasta que el individuo, una persona distinta a su asesino, fue apercibido por la Policía. A raíz de ese acoso, las fuerzas de seguridad estaban a punto de instalar vigilancia en el barco donde vivía con su marido y sus hijos, de tres y cinco años, atracado cerca del Puente de Londres y cuya cubierta luce ahora alfombrada por flores de homenaje. También se estudiaba proteger la biblioteca donde se reunía semanalmente con sus votantes en Birstall. Fue asesinada cuando acudía a uno de esos encuentros, cumpliendo con la relación de proximidad con los representados que engrandece la democracia británica.

Los puntos de reunión semanal en las circunscripciones electorales se llaman «surgies» en el argot político. Tras el asesinato, los diputados han recibido consejos de seguridad. Un informe de este año reveló que cuatro de cada cinco parlamentarios han sufrido «comportamientos agresivos» y amenazas en esos encuentros. A uno le esgrimieron un cuchillo y a otro, un martillo.

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