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Jo Cox, en una imagen de su Twitter - TWITTER

El brutal asesinato de una diputada trae el dolor a la campaña británica

Jo Cox fue tiroteada y apuñalada por un hombre que gritó «Gran Bretaña primero»

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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La campaña del referéndum quedó ayer en suspenso por el más inesperado y terrible de los motivos, el asesinato en Yorkshire, en el centro del Norte de Inglaterra, de una diputada laborista de 41 años, Jo Cox, casada y madre de dos hijos, antigua cooperante en organizaciones asistenciales y que estos días hacía campaña por la permanencia en la UE.

Cox fue asesinada con un ensañamiento escalofriante cuando visitaba su circunscripción electoral para su reunión semanal con los vecinos. Thomas -Tommy- Mair, un solitario sin empleo fijo, de 52 años y con un pasado de problemas mentales, le pegó tres tiros y la apuñaló media docena de veces. Ocurrió a las 12.53 de la tarde hora local y murió a la 1.48 en el hospital de Leeds, a donde había sido trasladada con máxima urgencia.

El criminal apuñaló también a un hombre de 77 años, que está fuera de peligro.

Jo Cox es el primer diputado británico asesinado desde el atentado del IRA contra Ian Gow hace 26 años. Las campañas In y Out suspendieron sus actos de inmediato y Cameron anuló su controvertida campaña en Gibraltar, donde iba a protagonizar un mitin ayer. Rajoy envió un telegrama de condolencia al premier, en el que recalcó que «la violencia no cabe en la democracia». Jeremy Corbyn, el jefe de filas laborista, calificó a Cox de «maravillosa» y añadió: «El odio nunca resuelve los problemas. Ella pensaba eso».

Pero las frases más emotivas fueron las de su marido, Brenda Cox, un antiguo asesor de Gordon Brown, quien pidió a todos que «luchen contra el odio que la mató».

Jo Cox se había convertido en diputada en las elecciones de 2015, por Batley, su ciudad natal, de 50.000 habitantes, cercana al pueblo de Birstall, de 16.300, en cuya Market Street ayer segaron su vida. Los halagos no parecen esta vez la habitual cortesía del duelo. Todos concuerdan en que esta mujer vitalista de extracción humilde y que había llegado a Cambridge, una montañista aficionada a salir a correr que vivía con su familia en un barco atracado en el Támesis, era una persona especial, absolutamente volcada en los demás. Había acudido como cooperante a lugares tan difíciles como Uganda y Afganistán y era la más activa defensora en los Comunes de los refugiados sirios.

Jo Cox, que habría cumplido 42 años el próximo miércoles y que tenía dos hijos de corta edad, se dirigía ayer al mediodía a la biblioteca de Birstall para reunirse con ciudadanos de su circunscripción y escuchar sus problemas y demandas, como es deber de los diputados en la muy real democracia británica. Según algunos testigos, se detuvo a intentar mediar en una disputa entre dos hombres, uno de ellos con una visera blanca de béisbol, Tommy Mair, que según los vecinos ya había entrado a la biblioteca antes, tal vez buscándola. En el forcejeo, Mair sacó un arma de fabricación casera y disparó a la parlamentaria laborista. Cuando estaba en el suelo, la apuñaló y le asestó dos nuevos disparos, uno de ellos en la cabeza. Mientras Jo Cox se desangraba en el suelo, todavía le propinó una patada.

El asesino abandonó el lugar de los hechos caminando despacio. Nadie lo siguió, porque las detonaciones provocaron escenas de pánico, con los vecinos en retirada, y porque al percatarse de lo que había ocurrido la prioridad de todos fue atender a la herida. La ambulancia llegó en poco más de diez minutos y la llevó al hospital General Infirmary de Leeds. Todo resultó inútil.

Tommy Mair fue detenido casi al momento, muy cerca del lugar de los hechos. Dos agentes se bastaron para reducirlo. Lo esposaron en el suelo. Las imágenes lo muestran con su habitual gorra de béisbol caída y dejado ver una cabeza al cero.

Parte Policial

La policía local, West Yorkshire Police, emitió un primer comunicado poco después de los hechos explicando así lo ocurrido: «Hoy, a las 12.53, recibimos una llamada informando de un incidente en Market Street, Birstall, donde una mujer de unos 40 sufrió serias heridas y estaba en condición crítica. Un hombre en sus últimos cuarenta o poco más de cincuenta años también sufrió leves heridas. La policía armada acudió y un hombre de 52 años fue arrestado en la zona. La presencia policial en el área ha sido incrementada para tranquilizar a la comunidad».

Jo Cox recorría el país estos día haciendo campaña por la permanencia del Reino Unido en la UE. El día anterior a su muerte había participado en la ocurrente marcha por el Támesis de las flotillas a favor y en contra de la UE. Su último comentario en Twitter decía: «La inmigración es una preocupación legítima, pero no es una buena razón para dejar la UE».

Jo Cox había trabajado para Oxfam entre 2001 y 2009, poco antes de su entrada en política. Con ellos viajó a lo más crudo de las crisis de Darfur y la República del Congo. La recuerdan con un enorme cariño: «Jo era un diminuto cohete de bolsillo llegado del Norte. Era un balón de energía, siempre sonriendo, llena de nuevas ideas, de idealismo y pasión. Nos dio mucho. Era una líder que inspiraba».

Sin lecturas políticas

Por ahora ningún partido ha hecho una lectura política de lo sucedido. Los vecinos aseguran que no tienen constancia de que Tommy Mair fuese una persona ideologizada, pese a su grito de «Britain first», que según algunos testigos repitió varias veces. Existe un partido de ultraderecha xenófobo con ese nombre, fundado en 2011, pero en la formación aseguran que no estaba afiliado e intentan desmarcarse afirmando que podía estar «repitiendo un eslogan». Es imposible no pensar que el trágico asesinato de una diputada que hacía campaña por Remain inclinará más simpatías de su parte.

Los oficios religiosos y los actos laicos en recuerdo de la víctima son ya constantes por todo el país. Jeremy Corbyn, de luto, con corbata negra, participó en una vigilia en la plaza del Parlamento, donde se encendieron cirios y fue recordada por sus sobrecogidos compañeros de bancada. Los laboristas han dicho que su campaña queda suspendida al menos hasta el fin de semana.

El hombre de 77 años herido se cree que se percató de las intenciones del criminal e intentó detenerlo. Su vida no corre peligro.

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