Retratos de los desaparecidos líderes de Corea del Norte, Kim Il-Sung (i) y Kim Jong-Il (d), exhibidos en un moderno edificio de Pyongyang en vísperas del congreso del partido único
Retratos de los desaparecidos líderes de Corea del Norte, Kim Il-Sung (i) y Kim Jong-Il (d), exhibidos en un moderno edificio de Pyongyang en vísperas del congreso del partido único - AFP
ABC EN COREA DEL NORTE

Kim Jong-un reafirmará su poder en el Congreso del Partido de los Trabajadores

Pyongyang se engalana para este cónclave histórico, que empieza este viernes y no se convocaba desde hace ya más de tres décadas

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Con la capital, Pyongyang, engalanada para la ocasión pero deslucida por la lluvia, Corea del Norte se prepara para el VII Congreso del Partido de los Trabajadores, que comienza este viernes. Un cónclave que reafirmará el poder de su joven caudillo, Kim Jong-un, y que supone un evento histórico porque la última vez que se reunió fue hace ya más de tres décadas. En aquella ocasión, en 1980, su padre, el ya fallecido «Querido Líder» Kim Jong-il, fue aupado como sucesor de Kim Il-sung, fundador de la patria y de esta dinastía hereditaria comunista que va por su tercera generación.

Tras una «Campaña de 70 días» que ha aumentado los turnos de trabajo para incrementar la producción e involucrar a la población, este Congreso «coronará» a Kim Jong-un como líder supremo de Corea del Norte cuatro años y medio después de suceder a su padre tras su muerte en diciembre de 2011.

Siguiendo la propaganda habitual del régimen, los medios estatales ya han bautizado a Kim Jong-un, de 33 años, como el «Gran Sol del Siglo XXI» y el Congreso hará alarde de sus «logros» políticos y militares frente a su enemigo histórico, Estados Unidos. Entre ellos destacan sus ensayos nucleares y lanzamientos de misiles, que le han costado un endurecimiento de las sanciones por parte de la ONU que han agravado la ya precaria situación económica de Corea del Norte, uno de los países más aislados del mundo.

Ajenos a estas dificultades, los habitantes de Pyongyang ensayan para los actos festivos previstos para estos días, sobre los que el régimen guarda el más absoluto secreto. Aunque las autoridades han permitido la entrada de 130 periodistas extranjeros, entre ellos el corresponsal de ABC, los guías guardan silencio cuando se les pregunta por el programa.

El congreso enarbolará la política «songun» de primacía militar y declarará a Corea del Norte un Estado nuclear

Lo que sí parece claro es que el Congreso, un evento «sagrado» para el periódico oficial «Rodong Sinmun», enarbolará la política «songun» de primacía militar y declarará a Corea del Norte un Estado nuclear. Durante los últimos meses, Kim Jong-un ha llevado a cabo su cuarto ensayo atómico, disparado varios misiles y se ha retratado con una supuesta cabeza nuclear, que el régimen asegura que puede llegar hasta EE.UU. pero cuya efectividad es puesta en duda por los expertos. Todo ello con tal de perpetuar la última frontera que queda de la Guerra Fría y, sobre todo, justificar las precariedades que sufren la mayoría de los norcoreanos más allá de Pyongyang, el escaparate donde vive la élite. En los últimos años, la capital se ha modernizado gracias a la construcción de numerosos rascacielos de vistoso diseño para científicos, profesores y trabajadores modelo. Al menos en la fachada o en los escasos apartamentos que los periodistas extranjeros pueden ver en visitas organizadas.

Luciendo esta progresiva mejora económica, que este corresponsal ha podido contemplar tras sus viajes anteriores en 2007 y 2013, el VII Congreso reforzará el poder de Kim Jong-un bajo un clima de máxima seguridad. Además de endurecer los controles, las autoridades incluso han prohibido la celebración de bodas y funerales para no alterar el orden público, según informan las agencias internacionales.

Centro del poder

«Más que aprobar cambios económicos sobre la reforma y el desarrollo, el Congreso de este año será una oportunidad para que el Partido revisite los preceptos de los anteriores Kim con el fin de proteger el poder del régimen», explica a ABC desde Seúl Jang Jin-sung, antiguo responsable de la propaganda que fue poeta del «Querido Líder» y huyó a Corea del Sur en 2004. A su juicio, el objetivo de este cónclave es «fortalecer la posición de Kim Jong-un, pero también del Departamento de Organización y Guía, donde reside el auténtico poder». Como Jang Jin-sung sostiene que «un relevo hereditario de poder tiene lugar también entre la élite», prevé que « una nueva clase de funcionarios privilegiados emergerá tras el Congreso».

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