Johnson, favorito en los sondeos pese a sus derrotas parlamentarias

Encara el congreso anual «tory» bajo la sombra de un escándalo de falda y corrupción

Íñigo Gurruchaga

Los conservadores británicos se reúnen esta semana en Mánchester en un ambiente de optimismo sobre el futuro, gracias a la guía de su nuevo líder. Sus gestas son abundantes. Boris Johson perdió en su primera votación en los Comunes el control de la ejecución del Brexit y el Parlamento le dictará los pasos que debe seguir. El Parlamento aprobó con facilidad la ley porque Johnson había expulsado del grupo conservador a 21 diputados rebeldes, volando la exigua mayoría del Gobierno.

Su hermano, Jo, dejó el Gabinete y la política. Se perdió el espectáculo en directo de a continuación: seis sucesivas derrotas parlamentarias , un récord para un Gobierno en sus primeros pasos. Johnson cerró temporalmente el Parlamento para evitarse el trastorno, y el Tribunal Supremo declaró ilegal la suspensión por unanimidad. Con el Parlamento reunido de nuevo, acumula de nuevo trastornos y derrotas.

En la sesión de reapertura, el abogado general del Gobierno, sir Geoffrey Cox , hombre con hechuras de personaje de dibujos animados y signatario del informe que su departamento presentó a Johnson para confirmar erróneamente la legalidad de la suspensión, señaló a los bancos de la oposición y les dijo que no tenían «el derecho moral de sentarse en sus escaños».

A quienes protestaban después en los escaños laboristas, recordando que el lenguaje belicoso ya se ha cobrado la vida de la diputada Jo Cox, asesinada días antes del referéndum de 2016, Johnson les insistió en su derecho a llamar «ley de rendición» a la ley que le obliga a dar pasos concretos para evitar la marcha sin acuerdo y que la mejor manera de honrar a Cox es culminar el Brexit, al que ella se opuso.

Al enemigo, la Unión Europea, en esa batalla de victorias y rendiciones, Johnson le envió ayer un mensaje paternalista y carente de perspectivas de cómo es él percibido por otros. Cuando aún no ha presentado nada que parezca un plan para llegar a un nuevo acuerdo de retirada y muchos dudan de que realmente exista, Johnson dijo a la BBC que la negociación tendrá éxito «dependiendo del sentido común de nuestros socios de la UE».

Desvío de fondos públicos

En fin, que Johnson llega a la Conferencia anual de su partido con esa estela de turbulencias que ha dejado a su paso en poco más de dos meses y la estrellita chispeante del posible descubrimiento de una nueva amante, una extraña modelo y empresaria estadounidense de lo cibernético, que el entonces alcalde de Londres insistió en incluir como su compañera de viaje en exóticas misiones comerciales.

Como la empresaria recibió fondos públicos , se investiga la posible conducta delictiva de Johnson desde el Ayuntamiento laborista de la capital. El líder sabe que miembros del Partido Conservador también habrían pasado encantados a la Policia información para comprometerle. Pero están siendo acallados o purgados. ¿Qué Partido conservador sigue a Johnson tras provocar con sus divisiones tras descalabro? Esa es una cuestión para esta semana.

Las conferencias son un espectáculo de discursos y vítores que la BBC emite como forma anual de publicidad de los partidos. La puesta en escena es cuidada pero hay accidentes. El de Theresa May –las letras del telón de fondo cayendo una tras otra mientras hablaba–, o el del laborista Neil Kinnock en los ochenta. Como nuevo líder paseaba ante las cámaras con su mujer por la playa de guijarros y se cayó intentado evitar que le pillara una ola.

Johnson ha emprendido en sus dos meses de mandato una estrategia de alto riesgo de salir de la UE con el espíritu de jugársela «a vida o muerte» y con objetivo de ganar unas elecciones que, según el exprimer ministro John Major, quiere convocar en noviembre porque en primavera los efectos de un Brexit abrupto pueden haberle desacreditado. El último sondeo le da 12 puntos de ventaja sobre los laboristas y 13 sobre los liberal-demócratas.

De lo demás no se sabe nada. No se sabe si tiene plan para negociar con la UE o si cerrará pronto el Parlamento de nuevo. No se sabe si, en la eventualidad de un Consejo Europeo sin acuerdo, cumplirá la ley y pedirá una extensión. No se sabe si dimitirá. Nadie sabe nada y en realidad no pasa nada sustancial, pero no se puede descartar con estos precedentes que también en Mánchester ocurra algo extraordinario.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación