Arranca el diálogo en Hong Kong antes de las protestas por dos aniversarios «calientes»

La jefa del Gobierno, lapidada verbalmente en un encuentro ciudadano mientras se preparan nuevas manifestaciones para recordar la «Revuelta de los Paraguas» y aguarle a China su Día Nacional

Carrie Lam, jefa de Gobierno de Hong Kong EFE
Pablo M. Díez

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Por primera vez desde que estallaron las protestas de Hong Kong hace ya más de tres meses, la jefa del Gobierno local, Carrie Lam , se ha reunido este jueves con un grupo de ciudadanos de a pie para escuchar sus demandas y, sobre todo, sus quejas y críticas. El encuentro, que ha tenido lugar en el estadio Reina Isabel de la época británica, ha sido una lapidación verbal para Lam, quien ha tenido que aguantar un aluvión de reproches que demuestra el profundo malestar contra las autoridades que hay en la sociedad hongkonesa.

Para esta plataforma de diálogo, que duró dos horas, se habían apuntado más de 20.000 personas . Aunque el estadio tiene un aforo de 2.000 espectadores, solo se eligieron por sorteo 150 asistentes, de los que únicamente 30 pudieron hablar durante tres minutos cada uno. De ellos, según informa France Presse, 24 criticaron abiertamente al Gobierno, cuatro se mostraron a favor y dos hicieron comentarios neutrales.

Con críticas directas a Lam, a quien le pidieron que dimitiera, las principales quejas fueron sobre la actuación policial para dispersar las protestas, que algunos tildaron de «brutal», y la falta de sufragio universal. «La Policía se ha convertido en un arma política del Gobierno y ahora mismo no hay forma de controlar sus abusos de poder», denunció una mujer que ocultaba su rostro con una mascarilla, recoge AFP. «Lo que me rompe el corazón no es cómo los manifestantes han dañado algunas instalaciones e infraestructuras, sino cómo la Policía ha invertido el bien y el mal… Hoy, nuestros jóvenes salen (a las calles) por la democracia y su sociedad, pero lo hacen a un alto precio», dijo un empleado de banca, informa la agencia EFE.

Aguantando el chaparrón, Lam reconoció que su Gobierno había «caído por un precipicio» y admitió que «la mayor responsabilidad recae sobre mí misma, no la eludiré». Negando que el encuentro fuera un mero acto de relaciones públicas para mejorar su imagen, hundida por esta grave crisis política, se comprometió a escuchar a la ciudadanía, pero volvió a rechazar algunas de las cinco demandas de los manifestantes.

Tres meses de protestas

Las protestas, que empezaron de forma pacífica el 9 de junio contra la temida ley de extradición a China, cuya retirada ya ha sido anunciada, han derivado en una violenta «guerrilla urbana» de jóvenes y adolescentes que cada fin de semana se enfrentan a la Policía y provocan destrozos en infraestructuras públicas. Además de la anulación del proyecto de ley, los manifestantes reclaman una comisión independiente que investigue el uso de la fuerza policial, el sobreseimiento de los cargos por «revuelta» para los más de 1.500 detenidos , que se enfrentan a penas de diez años de cárcel, y el pleno sufragio universal. Unas exigencias para las que el Gobierno local tiene poco margen de maniobra al depender del autoritario régimen chino, cuyas propaganda está «vendiendo» las protestas como una revolución por la independencia para galvanizar a la sociedad con el Partido Comunista.

«Algunas de las demandas planteadas por los manifestantes, como la liberación de los arrestados durante las protestas, no pueden tener cabida en un Estado de Derecho», insistió Lam, quien volvió a remitirse a la comisión interna que ya existe para investigar las quejas contra la Policía, cuya labor defendió. «Sé bien que los ciudadanos no confían mucho en el Gobierno y esperamos reforzar esa confianza», señaló la jefa del Gobierno local, quien espera que «los jóvenes se puedan calmar porque escalar la violencia solo perjudica a ambas partes».

Pero no parece probable que su llamamiento surta efecto porque un grupo de manifestantes volvió a bloquear las calles aledañas al estadio. Para los próximos días se esperan nuevas protestas porque el sábado se cumplen cinco años de la «Revuelta de los Paraguas», que bloqueó casi tres meses varios puntos neurálgicos de la ciudad pero fracasó en su reclamación de sufragio universal. Y el martes, 1 de octubre, China conmemora el 70º aniversario de su fundación. Mientras en Pekín se ha inaugurado un nuevo aeropuerto y se prepara un gran desfile militar, todo parece indicar que los manifestantes de Hong Kong volverán a salir en masa a las calles para aguarle a China su Día Nacional.

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