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Vídeo: Marchas de mujeres en contra de Trump alrededor del mundo - ABC

Cientos de miles de personas se manifiestan para «enviar una señal al presidente»

La protesta en Washington moviliza a más gente que el día de la investidura. La Policía cifra la asistencia en más de medio millón de personas; los organizadores en 750.000

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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Los cien días de cortesía al Gobierno de Trump se han quedado en 24 horas. El nuevo presidente demostró en su discurso de investidura del viernes que el tono agresivo y populista de su campaña no cambiará en la Casa Blanca y ayer cientos de miles de estadounidenses sacaron músculo en las calles del país: si hay «regresión» en temas sociales, le plantarán cara.

La Marcha de las Mujeres se celebró de forma simultánea en ciudades de todo el mundo, con especial seguimiento en EE.UU. La protesta nació poco después de que se conociera la victoria electoral de Trump, que dejó una colección de insultos a las mujeres durante la campaña. Poco antes de la cita con las urnas, salió a la luz un vídeo -con el objetivo de hundir sus aspiraciones presidenciales- en el que usaba lenguaje soez y se jactaba de propasarse con las mujeres.

Aseguraba que le dejaban que las besara y les hiciera «de todo» porque es una «estrella», incluso «agarrarlas por el coño».

Ayer, Washington, la ciudad donde se celebró la mayor manifestación, estaba inundada con carteles y pancartas que hacían referencia a este capítulo. La marcha, sin embargo, era mucho más que una convocatoria feminista, y se unieron organizaciones de otras causas sociales: minorías, inmigrantes, colectivo LGTB o ecologistas. Nadie recuerda una protesta del tamaño de la de ayer en el mismo fin de semana de la investidura de un presidente.

La muchedumbre reunida en la Marcha de las Mujeres, convocada en el mismo lugar en el que Trump había jurado su cargo en la víspera, hizo palidecer a la que se congregó para celebrar la llegada del nuevo presidente. Una marea de decenas de miles de personas se desparramaba ayer desde el Capitolio a lo largo del Mall, inundando también las calles adyacentes, en un ambiente festivo y con más energía que el día anterior, quizá ayudado por la menor presencia de controles policiales. Frente a la gorra de béisbol roja con el lema «Hacer América Grande Otra Vez» de los seguidores de Trump, muchos manifestaban llevaban ayer gorros rosa en favor de los derechos de las mujeres.

A la manifestación en la capital estadounidense han acudido numerosas personalidades públicas. Entre otras figuras, Madonna -quien ha actuado por sorpresa- las actrices Scarlett Johansson y Ashley Judd o la feminista Gloria Steinem.

La Policía cifra la asistencia en más de medio millón de personas, mientras que la asociación organizadora habla de 750.000. Algunos datos dejan claro que ganó por goleada al acto histórico de Trump: los usuarios del sistema de metro de Washington hasta las 11 de la mañana de ayer habían sido 275.000; el día anterior, 193.000. Los permisos para aparcar autobuses en la investidura de Trump fueron 200; ayer se dispararon a 1.200. La percepción visual desde el Mall es que había muchos más asistentes que en la víspera.

«Esto representa a la gente, no el discurso de Trump de ayer», aseguraba Katie, una maestra venida desde Michigan, mientras apuntaba a la masa manifestante. «Estamos preocupados por el extraordinario poder que va a tener con las mayorías republicanas en el Congreso», añadía Alex, de Washington. Olivia, la más pequeña de tres generaciones de mujeres que acudieron juntas a la protesta -abuela, madre e hija-, citaba con timidez «la defensa de los derechos de las mujeres» como su motivación para manifestarse.

Buena parte de las conversaciones y de los carteles tenían que ver con la defensa de Planned Parenthood, una red de clínicas con financiación pública que ofrece cobertura sanitaria asequible en matera reproductiva -desde abortos a técnicas contraceptivas-, y cuyos fondos federales podrían estar en peligro. «Mi compromiso es que nuestras puertas seguirán abiertas», dijo Cecile Richards, su presidenta, en el mitin que precedió a la marcha. «¡Que le jodan a Mike Pence!», cantaba un grupo de manifestantes. El nuevo vicepresidente -evangélico devoto- se considera el mayor riesgo para el retroceso en derechos sociales.

«Él ha rechazado la dignidad de las mujeres y de muchas minorías: gays, lesbianas, discapacitados, musulmanes», aseguraba Ron, un jubilado de Washington, junto a su esposa, Laura. «¿Que si esto tendrá impacto? ¡Por supuesto! Fuimos capaces de parar la guerra de Vietnam, hay que escuchar a la gente mayor», recomienda y advierte que, si Trump actúa como se espera, la gente «va a bloquear esta ciudad durante semanas, durante meses».

Incidentes en la víspera

La marcha transcurrió sin incidentes, al contrario de lo que se vivió la víspera en las calles de Washington. Por la noche, donde hubo más tensión fue en Franklin Square, un centro neurálgico de la capital estadounidense. La policía realizó algunas cargas contra los manifestantes, en ocasiones utilizando gas pimienta y sus bastones para desalojar zonas de la plaza. También había seguidores de Trump, algunos enfrascados en conversaciones políticas con quienes protestaban, otros amagando reyertas. Hubo lanzamientos de objetos contra la policía. Quienes lo hacían eran muy jóvenes y se escurrían con sus bicicletas hacia otras calles. La jornada acabó con más de doscientas detenciones.

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