La plaza Sintagma de Atenas ha sido el escenario de reiteradas manifestanciones estos días
La plaza Sintagma de Atenas ha sido el escenario de reiteradas manifestanciones estos días - Reuters

Ni un máster en Economía permite entender la pregunta del referéndum de Grecia

Los resultados del referéndum se conocerán el mismo domingo en que se vote. Pero el texto de la papeleta permite dudar que los electores vayan a entender algo

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Si el Gobierno griego no da marcha atrás -y nadie confía en eso, ni siquiera los adversarios en el país y en el exterior- los electores griegos están llamados este domingo a votar en el referéndum, con las mismas condiciones de toda consulta. Las urnas estarán abiertas desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde, y solo a partir de su clausura podrán conocerse las encuestas a pie de urna. Dada la sencillez del escrutinio de un referéndum, se confía en que habrá un resultado oficial ya a las 9 de la tarde, es decir, a las 8 hora española.

El Gobierno de la izquierda radical propone una pregunta técnicamente muy compleja -incluso para los propios economistas expertos en legislación comunitaria-, pero como colofón aporta dos soluciones muy sencillas para el votante de a pie: «sí» debe aceptarse la propuesta de las instituciones (la antigua y denostada por Syriza Troika, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea); o «no» debe aceptarse la propuesta.

El Gobierno de Tsipras plantea la aceptación o el rechazo de las condiciones de rigor, reformas y austeridad de los organismos crediticios; pero la Unión Europea trata de contrarrestar esa propaganda política -que considera «demagógica y falaz»- insistiendo en que los votantes van a decir en realidad sí o no a seguir en el euro, y quizá en último término en el club comunitario.

Además, la pregunta no se refiere a la última oferta de la Comisión Europea a Grecia, sino a una oferta realizada un día antes, en pleno toma y daca de las negociaciones. ¿Confusión o manipulación intencionada por parte de las autoridades populistas? Bruselas no entra a hacer valoraciones: solo constata que la pregunta que se hace al electorado griego es de una complejidad extrema, y además se refiere a documentos técnicos anteriores a la última oferta entregada a los negociadores del Gobierno de Tsipras.

Dudas jurídicas

Está, además, el dudoso carácter jurídico de la consulta, aunque el nivel de efervescencia en el debate político es tan desmesurado que los medios de comunicación y la oposición política griega no han prestado excesiva atención a ese detalle.

La Constitución griega prohíbe expresamente los referendos en torno a cuestiones fiscales, con toda razón. Las cuestiones técnicas son materia de especialistas, y no pueden resolverse con un sí o no tajante del pueblo, que ha confiado precisamente esa tarea a los gobernantes que ha elegido en las urnas.

La Prensa suiza -país que ha hecho del referéndum casi una religión- no sale de su pasmo estos días al comentar la convocatoria griega, lanzada con pocos días de margen para el voto. En Suiza cualquier referéndum requiere meses desde que se convoca.

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