Uno de los manifestantes durante las protestas
Uno de los manifestantes durante las protestas -  REUTERS

Reunión regional de urgencia para poner fin a la crisis de Burundi

Los países vecinos muestran su preocupación a que las protestas contra el presidente, Pierre Nkurunziza, sean explotadas por actores externos

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Líderes regionales acudirán este miércoles a Dar es Salam (Tanzania) a la reunión de urgencia celebrada por la Comunidad de países del Este de Africa (EAC) para poner fin a la crisis política de Burundi, en cuyas protestas contra el Gobierno han perdido la vida al menos 20 personas. El encuentro contará con la participación, además, de Estados Unidos, en voz de la secretaria de Estado adjunta para Africa, Linda Thomas-Greenfield.

En los últimos días, el clamor político contra la decisión del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, de presentar su candidatura a las elecciones del próximo mes de junio para un tercer mandato es evidente. Una determinación a todos visos ilegal, después de haber cumplido ya dos periodos de cinco años, como marca la Constitución.

En este sentido, Ruanda ha mostrado su inquietud ante la situación en el país vecino. «Tenemos información de que algunos elementos de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) han cruzado a Burundi desde la República Democrática del Congo y podrían incluso involucrarse directamente en los disturbios», denunciaba Louise Mushikiwabo, ministra de Exteriores ruandesa.

La llamada de atención sobre la presunta explotación del conflicto por parte del FDLR (milicia hutu -la misma etnia del presidente Nkurunziza- formada, en gran parte, por ex miembros de la guerrilla 'Interahamwe', quienes llevaron a cabo el genocidio de Ruanda en 1994 y se refugian ahora en el este del Congo) supone una evidente escalada dialéctica de la crisis. Más aún, en un país en claro desajuste (85% de la población hutu, como el mandatario, 15% Tutsi).

Mientras, ante las amenazas de violencia que se ciernen sobre las próximas elecciones y las minorías, comienza el éxodo: De acuerdo con el Gobierno de Ruanda, desde principios del mes de abril, al menos 21.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, han cruzado desde el país vecino.

Imbonerakure, el verdadero peligro

Sin embargo, de momento, es en las calles de la capital de Burundi, Bujumbura, y no en el este del Congo, donde, viven las protestas. En conversación con ABC, Pacifique Nininahazwe, uno de los principales representantes civiles de Burundi, aseguraba que permanecen «determinados» a la renuncia del presidente.

«La nominación de Nkurunziza básicamente  mata los acuerdos de paz de Arusha  (que pusieron fin a las heridas abiertas de la guerra civil que sacudió el país entre 1993 y 2005)», asegura Leonce Ngendakumana, líder de la opositora Alianza Democrática por el Cambio.

Nkurunziza fue elegido candidato por el gubernamental CNDD-FDD; una decisión que los partidos opositores consideran que desafía la estabilidad del país, tras el fin de una guerra civil de doce años en 2005.

Por su parte, Naciones Unidas ya ha pedido que los comicios se celebren de forma creíble, ya que «es responsabilidad del Gobierno garantizar que la oposición y sus dirigentes puedan participar plenamente en el proceso electoral».

Y los temores son fundados. El pasado año, un cable diplomático denunciaba cómo el Imbonerakure, el beligerante ala joven del CNDD-FDD, estaría recibiendo armas de cara a los comicios presidenciales.

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