Rocío Crusset: «Mi padre tiene muchas ganas de ser abuelo»

Rocío Crusset (28 años) puede presumir de conseguir todo lo que se propone. Es una mujer todoterrerno que no le teme a nada. Si no tenía suficiente con compaginar su carrera de modelo con el máster de Diseño de Moda que ha terminado hace unas escasas semanas en la reputada Escuela de Diseño Parsons de Nueva York, durante el confinamiento comenzó con otro proyecto: su propia línea de joyas.

«Ha sido un proceso fascinante . Quería encontrar un equilibrio y que sirviese para una noche de gala o para llevar con un vaquero. Quiero que la mujer que compre mis joyas quiera encontrar un equilibrio entre lo clásico y lo moderno», dice emocionada con su línea durante la presentación de su colección este jueves en Madrid.

No le ha resultado nada fácil. Ha pasado muchas noches en vela para poder llegar a todo: estudiar, trabajar, crear la línea y cumplir con sus compromisos. Demasiadas cosas. Pero lo consiguió: «Lo he logrado y he aprendido mucho a controlar los nervios».

Pero no ha estado sola. Sus padres, Mariló Montero y Carlos Herrera , han estado apoyándola en todo momento, incluso dándole su opinión sobre sus joyas. «Mi madre ha sido la más crítica, algo que aprecio mucho porque en casa nos consideramos muy perfeccionistas», confiesa Crusset, a la vez que reconoce que también la han ayudado con la decoración para el evento de presentación e, incluso, haciéndole una entrevista en la radio en el caso de su padre.

Herrera está muy o rgulloso de su hija , de la que espera que pronto le haga abuelo: «Mi padre tiene muchas ganas de ser abuelo, no se aguanta ni a él mismo. ¡Qué barbaridad! Pero yo le he dicho que aún le queda. De momento no tengo intención de tener un hijo, aunque si llega, pues llegó. No lo estoy buscando». Por el momento quiere seguir disfrutando de su pareja, Maggio Cipriani , con el que lleva ya cuatro años de feliz relación y, por supuesto, de un verano cargado de bodas, como así reconoce.

Tampoco tiene previsto regresar a Madrid. Por mucho que eche de menos la ciudad, tiene muy claro que no podría establecerse aquí: «Nunca voy a vivir en una ciudad al 100% por el tipo de personalidad que tengo y por cómo he crecido. Siempre he estado dando muchos tumbos y quedarme en Madrid no sería lo ideal pero desde luego tener una base aquí, si, y combinarlo con Nueva York».