Isabel Pantoja, hundida en su regreso al juzgado: casi se desmaya y rompe a llorar

La Fiscalía solicita una pena de tres años de prisión como cooperadora necesaria de un delito de insolvencia punible

Las horas más bajas de Isabel Pantoja

Así ha sido la entrada de Isabel Pantoja al juzgado de Málaga

Isabel Pantoja Gtres

ABC

A las 10:38 de la mañana Isabel Pantoja (65 años) llegaba al Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga para enfrentarse a un nuevo juicio por una supuesta deuda tras una reforma de 'Mi Gitana' , la casa de la tonadillera en Marbella. Pantoja, que está acusada como administradora única de Panriver 56, empresa que participó en una operación supuestamente irregular de deuda, ha llegado acompañada por su hermano Agustín Pantoja. Completamente de negro, con gafas de sol y mascarilla, la tonadillera entraba en el juzgado rodeada de fotógrafos y llevada, casi en volandas, por la Guardia Civil.

Isabel Pantoja a su llega al juzgado Gtres

Una vez en el interior de la sala, a la que han podido entrar los fotógrafos y periodistas, Isabel Pantoja, completamente abatida , ha roto a llorar cuando el juez le preguntaba cómo se encontraba, momento en el que la cantante negaba con la cabeza. Viendo el mal rato que estaba pasando Isabel Pantoja ha sido el propio magistrado quien solicitaba a los fotógrafos que abandonaran la sala: «Yo creo que ya es suficiente».

Isabel Pantoja ha sido la primera en declarar asumiendo toda la responsabilidad y asegurando que Agustín Pantoja es «la única persona que está a mi lado, por eso confío en él». Su hermano Agustín lo ha hecho a continuación, en calidad de testigo.

La Fiscalía malagueña solicita inicialmente una pena de tres años de prisión como cooperadora necesaria de un delito de insolvencia punible.

En esta causa también está acusado pero como supuesto autor del mismo delito el administrador de una sociedad, que llegó a un acuerdo extrajudicial con la empresa de Pantoja por una deuda, presuntamente en perjuicio de una tercera firma.

Según el escrito del fiscal, Penriver 56 tenía en 2002 una deuda con una primera empresa, con la que tuvo un pleito en los tribunales de Madrid. Le reclamaba a la sociedad de la cantante una determinada cantidad por unas reformas en «Mi Gitana» . El procedimiento concluyó con una sentencia que condenaba a la sociedad de Patoja a pagar 114.100 euros y se embargó el crédito que pudiera tener a su favor.

Así, en 2009, se embargó la propiedad en Nueva Andalucía. Con el crédito embargado y con Pantoja interesada en la venta del inmueble, la Fiscalía de Málaga cree que maniobró con el otro imputado para beneficiarse. De este modo, el Ministerio Público la acusa de que en marzo de 2015, con la cantante cumpliendo pena prisión , se hizo una escritura pública para, presuntamente, abonar esa deuda rebajada a 62.759 euros. La otra empresa que recibía el dinero renunciaba a cualquier reclamación.

La Fiscalía expone en su escrito que los acusados instaron a que se archivara el procedimiento, impidiendo que la primera empresa cobrara la cantidad de 114.108 euros , así como la realización de las fincas embargadas. Tampoco pudo hacerse con las fincas embargadas.

La sombra de la cárcel de 2014

Isabel Pantoja en una imagen de 2013 en el juicio por el Caso Malaya

En diciembre de 2014 Isabel Pantoja ingresaba en la prisión de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) para cumplir la pena de dos años de cárcel impuesta por la Audiencia de Málaga por un delito de blanqueo de capitales. Por este mismo procedimiento ya habían ingresado en prisión Julián Muñoz, condenado a seis años y medio de prisión por blanqueo de capitales y cohecho pasivo, su exmujer Maite Zaldívar, que fue condenada a dos años y medio por blanqueo de capitales, y el hermano de ésta, Jesús Zaldívar, también condenado a la misma pena por el mismo delito.

Isabel Pantoja fue detenida el 3 de mayo de 2007 por esta causa, derivada del caso 'Malaya'. Desde el principio y durante todo el juicio, la cantante mantuvo su inocencia, asegurando que el que fue su pareja «nunca» le dio «dinero ni nada» porque «no tenía» y que era ella la que «lo mantenía, era yo quien le di trabajo, era yo quien le pagaba su sueldo». También negó que supiera una procedencia ilícita del dinero de Muñoz, ni que él hiciera transferencias a sus cuentas, insistiendo en que ella siempre tuvo capacidad económica propia.

Pero, la Audiencia de Málaga la condenó a dos años de prisión y multa de 1,14 millones de euros por un delito de blanqueo y el Tribunal Supremo confirmó esta condena.

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