La boda secreta de Britney Spears y Sam Asghari termina con el exmarido de la cantante detenido

Un nuevo capítulo se abre en la vida de Britney Spears tras contraer matrimonio con su prometido Sam Asghari, siete meses después de liberarse del yugo al que la tenía sometida su padre. Libre para poder decidir cada paso que toma en la vida, la cantante ha cumplido el sueño de casarse con el hombre de su vida.

La pareja se casó en una ceremonia íntima en California el pasado jueves. Pero los preparativos se vieron interrumpidos cuando Jason Alexander, quien estuvo brevemente casado con la estrella del pop en el 2004, fue arrestado al intentar colarse en la recepción. Fiel al amor de su vida, Alexander transmitió en vivo, en una historia de Instagram, el momento en que se colaba en la ceremonia y también cuando fue detenido. El Departamento del Sheriff del condado de Ventura explicó a una agencia de noticias norteamericana que se había producido un altercado con los agentes de seguridad y que el Sr. Alexander terminó siendo acusado de tres delitos menores: allanamiento, agresión y vandalismo. Alexander estuvo casado con Spears, su amiga de la infancia, durante menos de 55 horas en el 2004.

La ceremonia se llevó a cabo con el brillo de estrellas como Madonna, Paris Hilton y Drew Barrymore entre los invitados. Donatella Versace diseñó el vestido de la novia que llegó a la ceremonia a bordo de un elegante Rolls Royce. Los grandes ausentes en el día más feliz de su vida fueron el padre de la artista, Jamie Spears, su madre Lynne y su hermana Jamie Lynn. Quien sí consiguió una invitación al enlace fue el hermano menos conocido de Britney, Bryan, quien la apoyó desde el inicio de su batalla judicial para librarse de la tutela a la que su progenitor la estaba sometiendo. La princesa del pop mantiene una relación muy complicada con su padre, a quien acusó de explotar el poder que ejercía sobre ella mientras ocupaba el cargo de tutor legal, y sostiene que su madre y su hermana se quedaron de brazos cruzados viendo cómo se convertía literalmente en una prisionera de las personas que debían velar por sus intereses. En noviembre, Spears, de 40 años, fue liberada de la controvertida tutela legal que duró 13 años. El año pasado, en una dramática aparición, Britney testificó ante un tribunal que su padre le impedía casarse y tener un bebé. Jamie Spears admitió que la tutela había sido «necesaria» para la salud mental de su hija, pero estuvo de acuerdo en que era hora de que ella «volviera a tomar el control de su vida». Este abril anunció que había quedado embarazada, pero al mes siguiente reveló que había sufrido un aborto espontáneo.

Tras su deseado matrimonio, la estrella se enfrenta a la publicación del libro de memorias de Jamie Lynn, un intento más por seguir lucrándose a su costa, como asegura Britney que su hermana ha hecho a lo largo de toda su vida.