Crítica
Monte, buena cocina de terruño
En lo que era el chigre local, se instaló hace dos años Xune Andrade, un cocinero que, pese a su juventud, cuenta con un largo recorrido
La aldea tiene un nombre muy bonito: San Feliz. A un paso de Pola de Lena , nada más entrar en Asturias por la autopista de peaje que lleva desde la Meseta a Oviedo, tan sólo cuenta con 18 habitantes. Allí, en lo que era el chigre local, se instaló hace dos años Xune Andrade , un cocinero que, pese a su juventud, cuenta con un largo recorrido que incluye unos años en Casa Gerardo y una etapa en Madrid en diversos proyectos. Finalmente, como están haciendo otros colegas, decidió regresar a su tierra para poner en marcha un proyecto muy personal bajo el nombre de Monte .
Con un pequeño comedor de apenas siete mesas, la cocina abierta, una agradable terraza para los días en que el clima asturiano lo permite, y un espacio en la planta superior, con chimenea y una espectacular mesa de castaño de cinco metros, reservado para comidas de grupo. La sala la maneja, con amabilidad y acierto, la joven Delia Melgarejo . En cuanto a la oferta de cocina, se concreta en una breve carta y dos menús degustación que introducen al comensal en el entorno de San Feliz. Siempre ceñido a la temporada y, en su mayor parte, al producto local. Son elaboraciones que reflejan las muchas experiencias profesionales de Andrade tanto dentro como fuera de Asturias y en las que apuesta por la sostenibilidad y por el apoyo al desarrollo económico de la zona, trabajando con artesanos, ganaderos y agricultores con los que, como señala en la carta, comparte «valores, filosofía y terruño». Un entorno montañoso que pide platos de cuchara, de guisos lentos, y el cocinero lo tiene muy en cuenta. El salmón a la brasa con patatas con costillas (21 €), los callos a la asturiana con sus patatinas fritas (17), o las albóndigas de vaca glaseadas en jugo de pitu con crema de pieles de patata son platos sobresalientes que huelen a hogar, a cocina sin prisas. Antes, con el menú, hemos pasado por distintos aperitivos, entre los que sobresalen las estupendas croquetas de picadillo con leche de oveja , o la salchicha de cordero xaldo , autóctono de la zona.
Buena crema de ensaladilla con trucha ahumada (15) y logradísima berenjena asada recubierta con una elegante holandesa reforzada con anisados del monte (13). La lubina, con una magnífica beurre blanc cortada con sidra y un aire de berza , queda deslucida por un exceso de cocción, mientras que un buen escabeche de solomillo de ternera asturiana (21) resulta algo subido de vinagre. Luego llegarán esos guisos que son la bandera de este Monte, precediendo a una más que notable tarta de queso, perfecto remate para una comida muy satisfactoria. Pese a que tiene aún mucho camino por delante, estamos ante uno de los mejores restaurantes de Asturias en estos momentos.
Lo mejor: Los guisos.
Precio medio: 55 €. Menús degustación, 45 y 85 €.
Calificación: 7,5.
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