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Niños e internet. Consejos para que utilicen las pantallas con seguridad este verano

Los niños de hoy nacen en un ambiente tecnológico. Y nuestro papel de guías no es tarea fácil. Y menos en verano. Te damos algunos consejos para evitar los peligros que esconde internet

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Los niños y el acceso a internet es uno de los temas que más nos preocupa como padres. Y es que cada vez se inician antes en el tema tecnológico. «En efecto, la edad de inicio en el manejo de tecnologías se ha adelantado considerablemente. En mi opinión, el problema no es tanto el uso, de manera genérica, como dos aspectos muy vinculados a estas: el tiempo que se les dedica y el tipo de contenido al que se accede», opina Ana Pérez, profesora del departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Además, algunas de las consecuencias de la mala utilización son bien conocidas por parte de todos: «es el caso del ciberacoso, del acceso a contenidos que el menor no está capacitado para digerir, bajo rendimiento académico… Sin embargo, hay todo un abanico de posibles secuelas que cada vez se constatan con mayor claridad: dificultades de socialización, abandono de otros intereses, trastornos de ansiedad, adicciones tecnológicas, sedentarismo, trastornos del sueño…», añade la experta.

Además, el verano y las vacaciones hacen que los niños pasen más tiempo delante de las pantallas. Tanto es así que es importante controlar las tecnologías tanto en tiempo de uso como en contenido. «Programar el tiempo de uso es fundamental.  Podemos pactar límites horarios, teniendo en cuenta que es preferible una hora diaria que siete horas un día a la semana. Es útil recurrir a interruptores externos, es decir, una tarea que el menor tenga que hacer (por ejemplo, una cita, la hora de cenar…) como señal natural de que se debe desconectar», opina Ana Pérez.

Pero ¿cómo debe ser el uso de las tecnologías entre nuestros peques? Nuestra experta en educación opina: «Es preferible usar Internet con un propósito concreto: jugar una partida, chatear un rato con alguien, consultar un perfil… Recurrir a la red con el objetivo genérico de pasar el tiempo, matar el aburrimiento, distraerse… contribuye a que la navegación no tenga fin».

¿Cómo acompañarles en su uso?

Es necesario hablar de Internet con los menores en términos positivos: «con frecuencia las conversaciones se centran en destacar peligros, aspectos negativos o advertencias: ante esta actitud los menores se distancian, quedando sin referentes adultos con los que contrastar cualquier información», comenta Ana Pérez. 

Además, es importante anticiparse y conocer los intereses de nuestros niños: «Conocer qué videojuego les gusta, quiénes son sus amigos en Instagram, a qué youtuber admiran, por qué arrasa Snapchat o TikTok… De igual forma que intercambiamos con ellos impresiones sobre lo que han hecho a lo largo del día , ¿por qué no conversar sobre sus aficiones o inquietudes online?», asegura la profesora del departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad CEU Cardenal Herrera. 

Los padres, su mejor guía

Es frecuente que los padres no terminen de implicarse en el correcto uso de las tecnologías. Según nuestra experta: «La experiencia evidencia que suelen mostrar preocupación por algunas de las actividades que el menor puede realizar en la red, a saber, contacto con desconocidos, publicación de datos o imágenes personales o acceso a determinados contenidos como, por ejemplo, la pornografía. Sin embargo, el control del tiempo dedicado a la red o algunas de las consecuencias que ello puede acarrear no parecen ser una prioridad».

Infinitas posibilidades

Pero no todo son problemas y peligros en el mundo digital. «Los ordenadores e Internet ofrecen extraordinarias e infinitas posibilidades. Pero, inevitablemente, también constituyen una fuente de riesgos en la que los menores son especialmente vulnerables. La brecha tecnológica con sus progenitores suele ser muy marcada y los hijos e hijas, en muchos casos, aprenden por su cuenta a base de experimentar», opina Ana Pérez.

«La sociedad en su conjunto, y los padres de manera particular, tenemos la obligación de educar en el uso responsable y ético de las tecnologías. La llamada alfabetización digital es, aún, una tarea pendiente. Si la descuidamos, quienes pagarán un alto precio serán, precisamente, nuestros menores», concluye la experta. Un esfuerzo que, si lo tomamos en serio, tendrá su recompensa.

 

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