Kiko Rivera y el complejo de Edipo, ¿qué es y en qué consiste este conflicto?

El psicólogo sanitario José Elías Fernández explica los síntomas del «enamoramiento» que declaró tener el hijo de Isabel Pantoja por ella

Kiko Rivera, en el especial «Cantora, la herencia envenenada» Telecinco

Helena Cortés

No están siendo unas semanas fáciles para la familia Pantoja. Las demoledoras declaraciones de Kiko Rivera sobre el legado de su padre en el especial de Telecinco «Cantora: La herencia envenenada» demostraron que la relación idílica que mantenía con su madre ha cambiado para siempre. «No la voy a poder perdonar, definitivamente», llegó a declarar el DJ. «Yo me he fiado de mi madre al cien por cien, creo que he podido tener el complejo de Edipo, de estar enamorado de ella . Al faltar mi padre, ella ha sido lo más grande. Lo que me decía iba a misa, y de repente te pegas una hostia tan grande…», lamentó el hijo menor de Paquirri. Pero, ¿en qué consiste realmente este c onflicto familiar planteado por Freud ?

«Es cierto que existe este complejo, hay personas enamoradas de su progenitor. Y no solo se demuestra así, sino que también se puede manifestar como la lucha con el otro progenitor. En el caso contrario, si es una chica "enamorada" de su padre se denomina complejo de Electra», explica José Elías Fernández, psicológo sanitario. «Él lo que confiesa en ese programa es que creía a su madre a pies juntillas. Y el amor nos hace estar ciegos », añade el experto, que recuerda que el joven estalla no con las advertencias de su entorno, sino cuando ve una «situación evidente en la que le han fallado».

Normalmente, explica este especialista, el complejo de Edipo es más propio de la edad infantil, cuando idolatras a tus progenitores. «En la adolescencia debes empezar a caminar solo y te desvinculas de este complejo. En la edad adulta ya hay claramente una separación», admite Elías. ¿Cómo diferenciar entonces la admiración natural que sienten los niños por sus padres de una patología? «Como todo en psicología, la clave está en la intensidad. Él podía decir que creía que su madre hacía las cosas bien, pero confesó que la creía a pies juntillas, hay una diferencia. Lo importante es la graduación. Un mínimo de ansiedad y motivación, por ejemplo, nos lleva a estar activos, dinámicos y proyectados. Mucha, en cambio, nos lleva a un conflicto», plantea el psicólogo.

«Pasado un tiempo, si esta actitud de “enamoramiento” sigue ahí a los 18 o 19 años, habría que intentar solucionarlo, buscar cierta desvinculación. Si aún así ese apego persiste quizás habría que consultar a un psicólogo. Aunque es difícil que se pida ayuda en este caso, normalmente es demasiado confortable para el progenitor que haya una dependencia excesiva , que estén muy pendiente de él», subraya Elías, quien alerta también de los peligros de la sobreprotección de padres y madres, que puede generar cierta «debilidad» en los pequeños.

Madurar

En el caso de Kiko Rivera, al menos por lo que vio en el especial de Telecinco que emite este viernes su segunda entrega, José Elías cree que ha habido un salto de madurez en el hijo de Isabel Pantoja. «Habló muy bien, sereno, los nervios no le traicionaron. Midió sus palabras . Se ve que ha habido un cambio y una madurez bastante fuerte, incluso en los gestos. Creo que se ha dado cuenta que estaba muy metido con su madre. Incluso su hermana ha tenido sus vaivenes, pero él siempre estuvo a su lado. Además es hijo de una viuda, crecer sin padre, el distanciamiento de la otra parte de la familia... Hay muchos vínculos y motivaciones para que creyera a su madre», concluye el experto, que subraya también lo complejo que es en lo emocional, más allá de las disputas legales, gestionar la situación que se vive dentro de los muros de Cantora .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación