Familia

Familiares no invitados: cómo evitar conflictos alrededor de la mesa esta Navidad

Ante la imposibilidad de celebraciones con toda la familia, diversos expertos aportan «soluciones» para limitar comensales y no generar enfados

Carlota Fominaya

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Incertidumbre, aceptación, renuncia, reapertura de la herida del duelo para los familiares de las más de 58.000 personas fallecidas durante la pandemia que no se van a sentar en la mesa ... Qué duda cabe que encaramos una Navidad diferente para todos, puesto que además seguimos en una situación de alerta de salud pública y, por tanto, obligados a continuar con las medidas sanitarias, pero no por ello deberíamos renunciar a esta tradición .

«No hay que resignarse a perder las navidades» , afirma el psiquiatra del Hospital Infanta Leonor, Javier Quintero. Para este experto en salud mental, la cuestión es «partir de la aceptación de la realidad que tenemos por delante. Eso nos permitirá encontrar una celebración plena, distinta, pero satisfactoria. Sin abandonar el verdadero significado de la Navidad, manteniendo la ilusión y el espíritu navideño. Qué duda cabe que tendremos que transformar las fiestas en un proceso más íntimo, desde luego sin reuniones multitudinarias, pero celebraciones, al fin y al cabo».

Seguir las normas

Tenemos que pensar, prosigue Rocío García Torres, psicóloga de la Universidad Villanueva que durante los peores meses de la pandemia atendió el teléfono que el Ministerio de Sanidad puso a disposición de los ciudadanos, «que desde el mes de marzo hemos hecho muchas renuncias. Ahora nos toca tolerar la frustración de saber que no podemos sentarnos los catorce de siempre en la mesa y tirar de creatividad para poder seguir las normas de seguridad que dicten las autoridades».

Así, a falta de una concreción final por parte del Gobierno y las administraciones, y ante el desasosiego generalizado por cómo ajustarse a los comensales de la mesa de la cena y la comida de Navidad de este 2020 que termina, esta experta propone que para poder preparar con éxito las próximas celebraciones y elegir bien a los comensales de nuestra mesa « busquemos el bien común» . En lugar del “yo quiero” o el “yo necesito” cenar con (mamá o papá...), usar el “a mi me gustaría”».

Elección de comensales

Es verdad, reconoce Carmen Martínez Conde, doctora en sociología, máster en Matrimonio y Familia por la Universidad de Navarra y profesora del máster en orientación educativa familiar de la UNIR , «que es difícil porque no somos solo un número y todos somos importantes pero es el momento de poner al otro delante . ¿Cómo? Dirigiendo nuestra mirada hacia los miembros de la familia más vulnerables, es decir, a los mayores, a aquellos que estén en soledad (porque hayan perdido por ejemplo a un ser querido), a los que tengan una discapacidad, a los familiares que habitualmente ejercen de cuidadores...».

Desempolvar la creatividad

Evidentemente en este punto todos los expertos consultados insisten en que cada hogar tendrá que valorar que estos encuentros solo podrán realizarse manteniendo absolutamente todas las medidas de seguridad pero por fortuna, prosigue la psicóloga Ana Asensio, fundadora de «Vidas en Positivo» , existen mil formas de interactuar : «podemos cambiar las cenas y las comidas por aperitivos o meriendas en el exterior o, incluso, por ratos sin comida, donde nos veamos de día dando un sencillo paseo... No necesariamente tenemos que estar todos sentados para decirnos que nos queremos. A veces, y más en estos tiempos , basta también con una mirada afectuosa».

Evitar posibles conflictos

Ante todo, sugiere la psicóloga que atendió el servicio telefónico durante la pandemia, «respeto y flexibilidad. Porque habrá quienes todavía estén realizando un duelo, y otros que tengan miedo y no quieran participar en las celebraciones, o quienes vengan prácticamente vestidos con un traje EPI a la cita . Como también es nuestra elección que, ante familiares más temerarios (que no respeten las normas) decidir con quién quedar o con quién no». Pero, prosigue Rocío García Torres, «si al final acabamos sentados juntos y vemos que van a subir los decibelios en la mesa, siempre podemos contar hasta diez, respirar, incluso levantarnos e irnos a la cocina a buscar un “tiempo fuera”... y volver a la mesa para poder disfrutar del encuentro».

Para los que definitivamente queden excluidos de estos encuentros, propone esta experta, «se pueden escribir cartas que se dejen en los servilleteros, participar en sus cenas compartiendo algún plato, o recurrir a las numerosas redes sociales que existen y que nos permiten mantener el contacto con aquellos allegados más alejados como son Zoom , Facetime, Teams o Meet. El caso es tener a la otra persona presente».

Así pues, concluye el psiquiatra Javier Quintero, «sin resignarnos a perder las fiestas, y partiendo de la aceptación de la realidad que tenemos por delante , cada uno deberá intentar buscar una celebración más íntima, pero plena, distinta y satisfactoria, donde se mantenga la ilusión y por supuesto no se olvide el verdadero sentido de la Navidad».

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