Pueblos únicos

Montiel, el origen de una dinastía

El castillo de la Estrella, conquistado por los cristianos en el siglo XII, vislumbró el último episodio de la larguísima guerra entre Pedro I «El Cruel» y su hermano bastardo, Enrique de Trastámara

Vista parcial del castillo de la Estrella de Montiel, en Ciudad Real EFE
César Cervera

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La noche más shakesperiana de la historia de España tuvo como escenario un pequeño pueblo de Ciudad Real llamado Montiel. Concretamente, el viejo castillo de la Estrella, sobre una rocosa ladera que preside el típico valle de La Mancha. O lo que es lo mismo, un terreno seco y duro, como la guerra que Pedro I «El Cruel» mantuvo con su hermanastro Enrique de Trastámara durante dos décadas.

Los dos hermanos guerrearon sin cuartel desde la muerte de su padre, Alfonso XI de Castilla. Entre los crímenes que le valió a Pedro su dantesco apodo, estuvo el de ordenar la muerte de la madre de Enrique -Leonor de Guzmán- así como la de su hermano gemelo, Fadrique Alfonso . No obstante, en su larguísimo enfrentamiento los dos hermanos implicaron a Aragón, Navarra e incluso se sumergieron de lleno en la célebre Guerra de los Cien años entre Francia e Inglaterra.

Y precisamente, en marzo de 1369, las huestes de Enrique estaban dirigidas por el condestable francés Bertrand du Guesclin, cuando sorprendieron a las de Pedro en las cercanías del castillo de Montiel y obligaron al Rey a refugiarse aquí. Lejos de su ruinoso aspecto hoy, con piedras y sillares caídas por todas partes, el castillo era en aquel tiempo una fortificación impresionante construida por los árabes en el siglo IX y posteriormente reformada .

El Rey de Castilla conocía bien los túneles subterráneos que conectaban con el Cerro de San Polo y confiaba en poder escabullirse al amparo de la noche. Sin embargo, el Monarca fue descubierto en su huida y el bastardo Enrique de Trastámara le retó a una lucha mortal , con un grito épico:

-¿Dónde está ese judío hideputa que se nombra Rey de Castilla?

-¡El hideputa seréis vos, pues yo soy hijo legítimo del buen Rey Alfonso!

Habiendo desarmado Pedro a Enrique, el caballero francés Bertrand du Guesclin intervino sujetando al Rey por la pierna y haciéndolo girar, momento que aprovechó el hermano bastardo para asestarle una estocada mortal. El francés se justificaría luego con su cita más conocida: «Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor» .

Llamado por algunos «El Fratricida», Enrique instauró en Castilla una dinastía que reinaría durante casi dos siglos y que saltaría a la Corona de Aragón en el siglo XV . Los montieleños evocan cada año, en unas jornadas histórico-medievales, la muerte junto al castillo del Rey el 23 de marzo de 1369.

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