Una de las propuestas de Schiaparelli
Una de las propuestas de Schiaparelli - AFP
SEMANA DE LA ALTA COSTURA

El surrealismo elegante de Schiaparelli y la ausencia de rumbo de Dior

El primer gran show de la moda arranca en París con resultados desiguales. Destaca el buen desfile de Bertrand Guyon al frente de Schiaparelli

Madrid Actualizado: Guardar
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Abrió el telón el domingo el desfile de Versace, con creaciones que volvieron a las raíces de la casa: escotazos, faldas con raja lateral hasta la cadera y colores sólidos como el negro, el blanco o el amarillo. Curiosamente, Donatella se ha dejado influir por la actual tendencia de los materiales de red y las transparencias, quizás en pro de alzar unas ventas más que exiguas. Los «bocados» a la tela en los laterales del abdomen y los escotes en forma de «T» recordaban, también, a los maravillosos vestidos de Halston que lucían las estrellas en las fiestas de Studio 54 durante los años 70. Si querían hacer ruido, lo hicieron al contar con modelos de gran tirón, como son Irina Shayk y Gigi Hadid, que cerró el desfile con un favorecedor mono negro.

Irina Shayk para Versace
Irina Shayk para Versace - AFP

Ayer brilló con fuerza el recientemente estrenado director creativo de la casa Schiaparelli: Bertrand Guyon. Si en su colección del pasado julio acertó más que sus predecesores, en esta temporada de alta costura Primavera-verano 2016 ha dado en la diana. Puede estar contento el señor Della Valle, propietario de la flamante casa desde 2007, que estuvo cinco años estudiando los posibles sucesores de la genial artista romana. En 2012 probó temporalmente con Christian Lacroix, quien –a pesar de ser sobre el papel el mejor candidato posible– no satisfizo expectativas. O quizás, ni Della Valle ni Lacroix, ambos muy divos, estaban dispuestos a doblegarse el uno al otro. En realidad, se trató de un único desfile cuyas prendas nunca se pusieron a la venta.

Della Valle, propietario del grupo Tod’s, nombró entonces a Marco Zanini, que venía de Rochas y estuvo solamente dos temporadas. Zanini recreó una versión demasiado light de Schiaparelli, en contrapunto a la excesivamente marcada colección en manos de Lacroix. Ni uno, ni otro, sino todo lo contrario. Durante un corto periodo e infructuoso en el que el equipo de modistos de la casa estuvo a manos de la directora de prensa de Schiaparelli, Farida Khelfa, los resultados no fueron mejores.

Uno de los mejores modelos presentados por Dior
Uno de los mejores modelos presentados por Dior - AFP

Pero en marzo del año pasado, Della Valle dio con el hombre adecuado, Bertrand Guyon, antiguo miembro de los equipos de Givenchy, Lacroix y Valentino. Sin dudarlo, Guyon ha retomado los elementos básicos de las colecciones de Elsa Schiaparelli: el surrealismo de sus dibujos de langostas, fruta y vajillas; sus cortes majestuosos y originales, y no ha olvidado el famoso shocking pink, ese rosa fuerte que la creadora hizo suyo. La colección, entretenida, bien cortada y con una puesta en escena adecuada, presentaba a modelos peinadas con peinados y maquillajes extraños, Schiaparelli está de vuelta.

Ensalada de diseños

El desfile de Christian Dior, no fue tan afortunado. La casa parisina, que desde hace meses funciona sin un director creativo oficial a la cabeza desde la partida de Raf Simons, presentó una colección de prendas inconexas. La maison ha presentado «tímidamente» y sin alharacas al dúo suizo que ha estado a cargo de la alta costura de 2016. Se trata de Serge Ruffieux, de 41 años y nacido cerca de Ginebra, quien entró en Dior en 2008 cuando aún estaba al timón John Galliano; y Lucie Meier, natural de Zermatt y de 32 años, que llegó a Dior tras una corta carrera en Balenciaga y Marc Jacobs.

Los creadores «temporales» han realizado una «ensalada de diseños» que sin mucho sentido combinaba vestidos de encajes y tejidos de red y gasa –tipo Pedroche e Irina Shayk–, con modelos de chaquetas cruzadas y hombreras en tejidos de lana color camel y corte años 80. Las prendas asimétricas de inspiración años 60 sucedían a atuendos transparentes que mostraban los cuerpos semidesnudos de las modelos. Solo un precioso modelo con falda roja y volantes a la cintura se salvaba de una colección déjà vu. Un baile de estilos que muestra que no siempre se puede tirar de cantera.

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