Loewe, entre la modernidad y el inconsciente colectivo

Días después de la muerte de quien impulsó la firma española más allá de nuestras fronteras, la Semana de la Moda de París acogió un gran desfile

ENVIADA ESPECIAL A PARÍS Actualizado: Guardar
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Poco tiene que ver el Loewe que desfiló ayer en París con la marca que en su día impulsó el recién fallecido Enrique Loewe Knappe. Loewe Knappe, padre de Enrique Loewe Lynch, desapareció esta semana a la edad de 103 años. Fue él el verdadero responsable de acometer la expansión de la empresa hace medio siglo, efectuando un gran cambio de imagen, logotipo y arquitectura. Amplió la red de ventas y creo las bases de la empresa actual, si bien era ya la tercera generación que se dedicaba al negocio familiar. Supo llevar a cabo una tremenda evolución de la marca, conservando siempre un producto clásico y elegante, de estilo profundamente español.

Y elegante sigue siendo su marca, aunque ahora se bañe en la modernidad más absoluta.

El desfile de ayer en París fue un ejemplo del difícil ejercicio que supone unir el clasicismo de una gran casa con el estilo conceptista y transgresor de su actual director creativo, Jonathan Anderson. Las austeras paredes del edificio de la Unesco sirvieron de nuevo de lienzo blanco para la presentación de la colección de otoño-invierno de 2016. Se trata de un lugar que aúna racionalismo, frialdad y modernidad a partes iguales. Como sonido de fondo, la voz del locutor repetía el mantra de un programa para dejar de fumar, con una serie de instrucciones pausadas en inglés. Esta original introducción acústica pretendía sentar el tono de una colección de gran esencia, fruto de la concentración y la simplicidad, según el discurso del director artístico norirlandés, que presentaba su cuarta temporada de mujer.

Una combinación de abrigos en cuero marrón, trajes de chaqueta de tweed, camisas desestructuradas y prendas hechas de anillas metálicas conformaba la sucesión de atuendos en tonos sobrios. Bustiers de boxcalf natural, cinturones de cuero, abrigos de pieles, sobrevestidos de red y faldas de largo irregular servían de soporte para una fabulosa selección de variaciones del bolso Amazona: en cuero o tweed, con o sin bolsillos y en varios tamaños, el bolso estrella de la marca acompañaba a muchos de los atuendos.

Materiales

El punto de bambú, las telas de algodón y el twill pusieron en escena una espectacular colección de joyas doradas, en su mayor parte a base de motivos de cadena o aros múltiples. Los cuellos, rematados de impresionantes collares, como si de versiones doradas de las características gorgueras renacentistas de la nobleza española se tratara, cambiaban por completo la aparente simplicidad de la configuración de los atuendos.

Anderson nos confesaba haber recurrido a la bisutería de gran tamaño para darle un toque sofisticado a las prendas. Debatiendo el actual planteamiento de los desfiles de venta inmediata, nos explicó que «un 25% de la colección estará en las tiendas tras el desfile, pero no obstante, la ropa es algo que se tarda en digerir. No se suele comprar de modo inmediato. A nosotros nos va bien trabajar de este modo». Preguntado por la reciente progresión de la marca en el mundo, Anderson explicó que «Loewe está tomando fuerza y vuelve a tener cada vez más contenido como marca. Nuestros bolsos se venden mucho. Evidentemente, el que más destaca es el “Puzzle”, aunque cuando lo sacamos no esperábamos un éxito tan arrollador. A veces es imposible determinar como se comportarán las ventas de un bolso sin ver primero las relaciones del público ante cada modelo».

Los nuevos bolsos Joyce y los amuletos de napa con caras de gato llamaron la atención en un desfile que jugó con el blanco, el negro, el oro, el metal, el tono bronce y el azul. ¿Qué ocurriría si, progresivamente, fuesen insertando grandes clásicos olvidados de la casa, como los repujados en el cuero oscuro o el ante verde caza, otorgándoles este nuevo giro de modernidad de estilo siglo XXI? Loewe conquista nuevos mercados, sigue gustando a los japoneses y se va haciendo un hueco en las mejores tiendas y revistas de moda del mundo. Pero para volver a triunfar en España hará falta seguir conjugando con gracia esos básicos que permanecen en el inconsciente colectivo y la intrahistoria de esta España nuestra. Food for thought, Jonathan.

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