El impecable guardarropa de Doña Letizia en Japón

Eligió modelos sencillos, adaptados a cada situación e hizo buen uso del joyero real

MADRID Actualizado: Guardar
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La bajada por la escalerilla del avión de los Reyes de España a territorio japonés fue el comienzo de una brillante operación diplomática en la que ambos países han mostrado un cariño y respeto mutuos. Para ello, entre otras bazas, japoneses y españoles han utilizado la vestimenta.

En un país de gran tradición en sedas, bordados y kimonos sofisticados, donde los peinados y maquillajes pueden estar entre los más elaborados del mundo, las autoridades de Japón han tenido la delicadeza de vestir etiqueta occidental en todo momento. La Emperatriz Michiko y las princesas japonesas han cedido el protagonismo de modo absoluto a la Reina de España.

Doña Letizia llegó al aeropuerto de Tokio con una falda de cuero negro y un chaquetón bicolor, ambos de Hugo Boss

, con unos pendientes largos de Tous. Para la ceremonia de apertura del viaje en el Palacio Imperial de Tokio, donde fueron recibidos por el Emperador Akihito, su esposa Michiko, los herederos, Naruhito y Masako, y Shinzo Abe, el primer ministro japonés, la Reina Letizia escogió un modelo inspirado en el circulo de la bandera nipona, un vestido rojo oscuro acompañado de un abrigo rojo fuerte cerrado con lazos de Felipe Varela. Los llevó con unos zapatos rojos de charol de Lodi y unos pendientes en forma de paloma, hechos con diamantes y rubíes, del joyero heredado de la Reina Sofía.

Por la tarde la Reina eligió un original vestido de Carolina Herrera en color verde, con una sobretela verdosa y bordados de inspiración vegetal en color negro, acompañados de un bolso y unos zapatos en color nude de Magrit, cabello recogido y pendientes verdes muy favorecedores.

La Reina Letizia confió de nuevo en Felipe Varela para la cena de Gala que les ofrecieron los emperadores de Japón. Escogió un majestuoso vestido de tul azul noche con bordado de hojas en cristales que había estrenado hace casi dos años en Madrid. Sobre la banda, llevaba el broche flor de lis de la tiara Princesa, la que le regaló Don Felipe en su quinto aniversario de boda, y dos broches de la Reina Sofía. Los pendientes, a juego con el vestido, en diamantes y zafiros, provenían también del Joyero Real, al igual que los dos brazaletes de brillantes que ya había llevado durante la cena ofrecida al presidente Macri hace unas semanas en el Palacio Real de Madrid. En esta ocasión, la Reina decidió llevar estos preciosos brazaletes -que la Reina Victoria Eugenia se había hecho a medida en Cartier, al desmontar una tiara que no era de su gusto- en un mismo brazo, creando un efecto muy moderno. La Reina eligió para la ocasión la tiara floral, una de las que más ha llevado desde que se convirtió en Princesa de Asturias.

Al día siguiente, en su visita al hospital universitario de Keio y al Centro de Genética e Investigación Médica de Enfermedades Raras, un asunto que Doña Letizia apoya y abandera, la Reina escogió un atuendo compuesto por falda estampada gris de Hugo Boss y blusa blanca plisada, que acompañó de unos zapatos negros de charol de Magrit, unos pendientes de Tous de morganita y piedra de luna y una cartera de mano negra de Carolina Herrera.

En otro guiño al país nipón, Doña Letizia escogió para la cena organizada por Shinzo Abe en el Palacio de Akasaka, un traje de chaqueta de terciopelo negro de Armani Privé con una seda de estampado floral de inspiración japonesa en mangas y cintura, añadiendo a su atuendo unos pendientes de brillantes y rubíes. Finalmente, los Reyes, acompañados por los emperadores de Japón, visitaron el centro de prevención de terremotos de Shizuoka, a donde llegaron en el tren bala nipón. Doña Letizia escogió un alegre y elegante traje de chaqueta -entre azul turquesa y verde-, con zapatos a juego y el cabello semirecogido.