Bill Cosby
Bill Cosby - AFP

Todas las claves del caso Bill Cosby

Esta semana, un juez ha dado luz verde al juicio contra quien fue ‘el padre de América’ por abusos sexuales. Pero la maraña legal de Bill Cosby es mucho mayor: le acusan casi 60 mujeres

Coresponsal de Nueva York Actualizado: Guardar
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Hasta esta semana, Bill Cosby podía alegar que la tormenta de acusaciones de abusos legales que sufre desde hace dos años no era más que una campaña en su contra, fantasías sin fundamento o tretas maliciosas para hacer dinero con su nombre. Pero una jueza de Morristown (Pensilvania) dictaminó este martes que hay base suficiente para que la estrella televisiva responda en un juicio a una acusación de abuso sexual que data de 2004.

Es la primera vez que Cosby se enfrentará a una acusación criminal ante un jurado, en un juicio con potencial circense. No solo se evaluará la supuesta violación de Andrea Constand, una trabajadora de la Universidad de Temple de la que, según su versión, Cosby abusó con la ayuda de pastillas y alcohol.

Es posible que en el juicio aparezcan como testigos muchas de las mujeres que han acusado a Cosby de delitos similares.

El juicio en Pensilvania es el último nudo de la maraña judicial en la que Cosby está envuelto desde finales del verano de 2014. El que era considerado el ‘padre de América’ por su legendario papel de Cliff Huxtable en ‘El show de Bill Cosby’ había convivido con acusaciones de abusos sexuales que cada cierto tiempo se hacían un hueco en los periódicos estadounidenses, pero su reputación seguía casi intacta. De hecho, estaba a punto de firmar contratos importantes con la NBC y con Netflix cuando el cómico Hannibal Buress calificó a Cosby de «violador» en un espectáculo en Baltimore. El vídeo de sus palabras corrió como la pólvora y reavivó las acusaciones de varias mujeres sobre abusos sexuales del pasado.

Andrea Constand
Andrea Constand - REUTERS

En pocas semanas, una quincena de mujeres salieron a denunciar que habían sido víctimas de la estrella televisiva. Una de ellas, Barbara Bowman, escribió una columna en «The Washington Post» que tuvo mucho eco, bajo el título ‘Bill Cosby me violó, ¿por qué la gente tardó treinta años en creerme?”.

Cosby cayó al vacío. Su posición de figura venerada de la cultura popular de EE.UU. y una de las voces más influyentes y respetadas de la minoría afroamericana se puso en duda. Los proyectos con NBC y Netflix se esfumaron. Su gira de comedia ‘stand up’ tuvo que sufrir cancelaciones, soportó protestas fuera de los teatros, pero todavía fue capaz de tomárselo con humor: «Tened cuidado de tomaros una copa cerca de mí», dijo en un espectáculo en Canadá.

Con el tiempo, el número de acusaciones se ha disparado. Son ya 56 mujeres las que le han acusado de abusos sexuales públicamente, según un recuento elaborado por ‘The Washington Post’. Y podrían ser más: otras dos más testificaron de forma anónima haber sufrido abusos en una demanda de 2005 que se cerró con un acuerdo extrajudicial.

Las acusaciones se refieren a supuestos ataques sexuales esparcidos en más de cuatro décadas, desde el que Kristina Ruehli ha asegurado que sufrió cuando era una secretaria de una agencia de representación en 1965, cuando Bill Cosby apenas llevaba un año casado con la que es todavía su mujer, Camille; hasta 2008, el año en que la modelo Chloe Goins ha sostenido que Cosby la violó en la Mansión Playboy.

Entre medio, un abanico de acusaciones de abusos sexuales de diferente índole, aunque es posible encontrar un patrón en la conducta de Cosby: cerca de dos tercios de estas mujeres alegan que el cómico las drogó, dándoles pastillas o mezclando alguna sustancia con su bebida; los encuentros se repetían en tres lugares: la casa de Cosby en Manhattan -similar a la que aparecía en su famosa serie-, la Mansión Playboy de Los Ángeles y la suite Elvis del hotel Hilton de Las Vegas; muchas de las víctimas eran modelos o aspirantes a actriz en busca de dar un empujón a sus carreras, y a las que Cosby prometía ayuda.

Bill Cosby
Bill Cosby - REUTERS

Entre ellas están la actriz Louisa Moritz, conocida por su papel en ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, que ha defendido que Cosby la violó en 1971 en el vestuario del show televisivo de Johnny Carson; Donna Motsinger, una camarera de un club de jazz de Sausalito, cerca de San Francisco, ha asegurado que el cómico la drogó y violó ese mismo año; P.J. Masten, una conejita Playboy del Club Playboy de Chicago, que aseguró que perdió el conocimiento después de compartir una bebida con Cosby en 1979 y se despertó en una cama con el cómico desnudo a su lado; algo similar recuerda Janice Dickinson, una supermodelo que ha sostenido haber sufridos en 1982. Algunas de las víctimas han asegurado que eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos.

La mayoría de estos supuestos abusos han prescrito como delito penal. Y algunas de estas mujeres no han interpuesto querellas y solo han salido a la luz para apoyar a quienes están metidas en batallas legales con Cosby. El enredo legal, en cualquier caso, no es menor: el cómico batalla con siete querellas por difamación y diversos abusos sexuales, además de una demanda de su aseguradora, AIG, sobre la cobertura de los costes de sus batallas judiciales, que se reparten en tres estados diferentes.

El caso de Constand, al que la juez ha dado impulso esta semana, será clave: en el se ventilará una declaración realizada por Cosby en 2005 en el que reconocía haber dado pastillas a la supuesta víctima y se dará voz a otras mujeres que aseguran haber sufrido lo mismo en el pasado. «Estoy segura de que algunas de las que han acusado están dispuestas a testificar si se considera que su testimonio es relevante», aseguró la abogada Gloria Allred, que representa a una docena de estas mujeres.

Todavía no se ha puesto fecha para el juicio. La condena solo por el caso de Constand podría ser de hasta diez años de prisión para Cosby. Toda una vida para un hombre que cumplirá 79 años en julio.

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