Taylor Swift (29 años) utilizó un software de reconocimiento facial en un concierto celebrado en mayo en Los Ángeles para detectar acosadores entre el público. Mike Downing , uno de los directores de seguridad del evento, confesó esta semana a la revista «Rolling Stone» que el equipo de la cantante de Pensilvania instaló una carpa que detectaba las caras de los admiradores a través de un programa informático. Los rostros se enviaban a un «centro de mando» donde se comparaban con cientos de acosadores de Swift.
Tal es el caso de Eric Swarbrick , quien recibió una orden de alejamiento tras enviar a Swift cartas en las que la amenazaba con violarla y asesinarla; o Mohammed Jaffar , condenado a seis meses de cárcel y cinco años de libertad condicional por robar en casa de la cantante.
Esta «intrusión a la intimidad» a los asistentes, que no fueron avisados previamente de las medidas de seguridad extremas, ha generado polémica entre organizaciones de derechos humanos. « Taylor Swift y su equipo deben limitar la vigilancia a lo que es estrictamente legítimo», señaló la investigadora de Human Rights Watch, Sarah Vincent .
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