De Shakira y Piqué a Sonia Monroy, una ola de atracos a celebridades recorre Barcelona

El reciente robo de 60.000 euros a Monroy en El Prat se suma a los asaltos a las casas de jugadores del Barça

Philippe Coutinho, Sonia Monroy, Luis Súarez y Shakira y Piqué ABC
Guadalupe Piñeiro Michel

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Más allá del proces, de la fuga de empresas tras el referéndum ilegal del 1-O o de la marea anti-turistas, Barcelona se mantiene entre las diez ciudades más visitadas del mundo, según el más reciente listado de «Travellers’ Choice Destinos», que reconoce los lugares favoritos de los viajeros de todo el planeta. Sin embargo, a tenor de las denuncias de los últimos meses y semanas, la Ciudad Condal y alrededores podría entrar en una nómina bastante menos amable debido a una oleada de robos a famosos. En la mayoría de los casos, la identidad de los ladrones sigue siendo un misterio.

Hasta la fecha, los asaltos a las propiedades de celebridades habían transcendido por los datos confirmados por la Policía... hasta que esta semana los cacos apuntaron contra la bailarina y colaboradora televisiva Sonia Monroy (45 años) y fue ella misma quien se encargó de difundir ampliamente, a través de las redes sociales, el atraco del que ha sido víctima en la Terminal 2 del aeropuerto El Prat, apenas aterrizó el pasado martes en su ciudad natal procedente de Los Ángeles. Monroy se encontraba junto a JD , su marido -con quien se casó en Bervely Hills, en 2016-, cuando, en el aparcamiento de la terminal y casi por arte de birlibirloque los cacos les sustrajeron 60.000 euros en dinero en metálico, joyas -entre las que se encontraban sus anillos de boda- y otros objetos de valor, como sus respectivas green cards, que son los documentos que les permite residir en EE.UU.

Sin pistas

Tan cuantioso botín se encontraba en el interior del bolso de mano de la catalana, que desapareció mientras solicitaba un cambio de su coche de alquiler debido a que no le funcionaba el aire acondicionado. «Estamos destrozados con el robo» , escribió en su cuenta oficial de Instagram tras lo sucedido. Notoriamente angustiada, Monroy publicó un vídeo en el que denunciaba la falta de la seguridad en la ciudad. «Ni cámaras de seguridad ni policía», se lamentaba, al tiempo que expresaba su preocupación por no poder regresar a Los Ángeles sin su permiso de residencia. Del autor o autores, ni rastro.

Su caso es el que se ha contado con mayor detalle, pero no ha sido el único ni el más notorio en la Ciudad Condal. A principios de este mismo mes, la prensa internacional se hacía eco de que un grupo de asaltantes había entrado en la propiedad de la pareja más célebre de Barcelona. Los ladrones consiguieron entrar en el hogar que Shakira (41) y Gerard Piqué (31) comparten en Esplugues de Llobregat, aprovechando que ambos se encontraban fuera de casa: la cantante colombiana ultimando su gira «El Dorado» y el central del F.C. Barcelona y de la selección española preparándose para el Mundial que ahora se libra en Rusia. Sin embargo, en la casa sí se encontraban los padres del jugador, Joan Piqué y Montserrat Bernabéu , quienes estaban durmiendo y al parecer no se enteraron de la presencia de los intrusos . El botín no se ha cuantificado de manera pública, pero se sabe que, entre otros artículos, se llevaron valiosas joyas de la artista y una serie de relojes del futbolista.

Pero Piqué no es el único jugador culé víctima de un asalto en lo que va de este año. A comienzos de 2018 su compañero Luis Suárez (31) sufría un robo en su lujoso chalé de Casteldefels. En este caso el objetivo también eran joyas, aunque, al contrario que en otras ocasiones, los ladrones ya han sido detenidos por los mossos d’Esquadra. Dentro de la misma plantilla, la residencia del brasileño Philippe Coutinho (26) -vecino de su colega uruguayo- fue asaltada en febrero mientras cenaba fuera con su mujer Aine . La noticia corrió como la pólvora.

Como evidencian los casos de los famosos, los robos parecen haberse vuelto moneda corriente en Barcelona. Esta misma semana, desde la Guardia Urbana se advertía a los turistas que «Barcelona no es una ciudad segura», a la vez que se la describía como «una ciudad con ley, pero sin vigilancia» . Desde el sector de la moda, y durante el desarrollo de la pasarela 080 Barcelona Fashion, intentaban transmitir cierta seguridad. «Estamos todos tranquilos», afirmaba en diálogo con ABC Miquel Rodríguez , gerente del Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda de Cataluña. Sin embargo, admite que «como cualquier ciudad europea, pueden llegar a pasar este tipo de cosas».

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