Sálvame

Así fue la traumática detención de Gustavo González por espiar a famosos con la ayuda de un policía

«Yo no tengo que demostrar mi inocencia, ellos tienen que demostrar mi culpabilidad», afirmaba con contundencia el paparazzi

Gustavo González Gtres

ABC

Esta semana, la revista «Lecturas» ha amanecido con la exclusiva de la detención de Gustavo González por espiar a famosos. Según informan en un amplio reportaje, una investigación indica que el paparazzi conseguía, presuntamente, información sobre famosos a través de un policía. Al parecer, el fotógrafo utilizaba al agente para conseguir información sobre algunas de las caras más conocidas del panorama nacional. De ser cierto, podría enfrentarse a una pena de hasta cuatro años de cárcel por revelación de secretos.

Según asegura la publcación, el colaborador de «Sálvame» fue arrestado el pasado 3 de octubre en la casa que María Lapiedra tiene en Lleida y su novia acabó hundida y entre lágrimas cuando vio a su pareja esposado y llevado a Madrid. Mientras que la colaboradora se derrumbaba en su declaración frente a los juzgados, su exmujer Toñi entregó a las autoridades todos los ordenadores y dispositivos electrónicos de la casa.

Esta tarde, el colaborador ha acudido a «Sálvame» para dar su versión de los hechos: «Yo no tengo que demostrar mi inocencia, ellos tienen que demostrar mi culpabilidad. La judisprudencia nos amparan a los periodistas cuando chocan derechos de la información con otro tipo de derecho. Ahora hay una investigacion judicial que tengo que respetar», ha iniciado diciendo en su alegato. «El 33 por ciento de las informaciones que se dan en prensa llegan de fuentes de cuerpos de seguridad del estado», afirmando que sí que tiene relación con un policía. «Ellos me imputan revelación de secretos y cohecho , es decir que hubiese pagado por una información. Yo les dije que entre el policía y yo habia una relación de amistad», asegurando que esta fuente le ha ayudado a verificar y contrastar ciertas noticias.

Tras esto, Jorge Javier Vázquez le pregunta cómo fue el momento de la detención: «Me habían intentado localizar llamándome al móvil pero no contesto llamadas de números que no conozco. Cuando lo cogí y me dijeron que era la policía pensé que era una broma», y confirma que «dentro de lo traumático del momento no hubo nervios pues durante el traslado a Madird iba hablando con los agentes», asegurando que e n ningún momento «hubo ni grilletes ni manos en alto».

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