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Richard Gere no consigue el divorcio

El actor se separó en 2014 de Carey Lowell, con quien estuvo casado doce años, pero su divorcio está pendiente de un acuerdo económico multimillonario

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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El romance entre Richard Gere y su novia española, Alejandra Silva, va viento en popa. A mediados de abril, la pareja se citó en Nueva York para acudir a un concierto en el Carnegie Hall, donde tocaba una dupla de altos vuelos en la música clásica: el violonchelista franco-estadounidense Yo-Yo Ma y el pianista americano Emanuel Ax, que interpretaron las cinco sonatas de Beethoven para estos instrumentos. Es una muestra más de que la relación entre Gere y Silva se consolida, aunque, como en toda buena película romántica, hay obstáculos en el camino.

En el caso del actor, es su interminable divorcio con Carey Lowell. La pareja está separada desde 2014, pero no acaba de llegar a un acuerdo económico sobre su patrimonio.

Según «Page Six», esta semana estaba prevista una vista en un juzgado de Manhattan para tratar de encontrar un final a este asunto que, por el momento, se resiste. Al parecer, la comparecencia de ambos no se produjo, pero sus abogados siguen enzarzados en negociaciones intensas sobre el reparto del dinero de la pareja, que este medio neoyorquino estima en 45 millones de dólares (más de 40 millones de euros).

Pareja perfecta

Lowell, de 55 años, y Gere, de 66, formaron una de las parejas más estables de la efervescente escena matrimonial de Hollywood. Se casaron en 2002, dos años después de haber tenido su único hijo, Homer, y mantuvieron su vínculo durante doce años. Para esa época, Gere ya había abandonado su condición de galán de Hollywood y había acabado su época dorada, dentro y fuera de la gran pantalla, de los años ochenta y noventa: compaginó grandes éxitos como «Oficial y caballero», «Pretty Woman» o «Novia a la fuga» con romances sonados -Priscilla Presley, Kim Basinger, Debra Winger, Uma Thurman- y una boda con la supermodelo Cindy Crawford que les convirtió en la pareja más guapa de los noventa.

Lowell había sido «chica Bond» en los ochenta y estrella de la tele en los noventa con la serie «Ley y Orden», en la que visitaba los mismos juzgados de Nueva York en los que ahora planta batalla a Gere con su divorcio. Al parecer, las diferencias en la pareja surgieron por su incompatibilidad a la hora de disfrutar su tiempo libre, que en el caso de dos estrellas en la recta final de sus carreras debe ser abundante. Él buscaba tranquilidad y ella, socializar. «Tienen una casa en Bedford [un suburbio de poderosos en el Norte de Nueva York], y a él le gusta porque es tranquilo y le encanta la soledad», aseguraba una fuente a «Page Six» cuando se tuvieron las primeras noticias de la crisis de la pareja. «Ella prefiere North Haven [una localidad de Connecticut], donde hay más ambiente. Los vecinos de al lado son Jimmy Buffett [un músico estadounidense] y su familia, y son buenos amigos».

Esa tranquilidad «zen» parece que Gere la ha encontrado con Silva, que también practica la fe budista de la que el actor es un ferviente seguidor- y cuya situación personal está desprovista de drama. La española también estaba envuelta en un divorcio con su exmarido, el magnate de la minería Govind Friedland, que quedó resuelto a finales del año pasado, cuando ya se conocía la relación de Silva con Gere.

Primavera en Nueva York

Alejandra Silva, una bella filántropa de origen gallego, comparte un hijo con Friedland, un empresario que además de participar en el imperio minero construido por su padre ha sido famoso por otros proyectos, como la Villa TreVille, un hotel boutique en Positano (Italia) que es un refugio demandado por la jet set internacional. Es un palacete que fue propiedad del director italiano Franco Zeffirelli y que Friedland, junto con Silva, reconvirtió en un resort de lujo por el que han pasado estrellas como Uma Thurman, Kevin Spacey, Sharon Stone y el propio Gere. Dicen que el galán de Hollywood y la española se conocieron -y enamoraron perdidamente- en ese refugio amalfitano del que también quedaron prendados leyendas como Leonard Bernstein, Laurence Olivier, Maria Callas, Elizabeth Taylor y Rudolf Nureyev.

Las turbulencias judiciales de la estrella de Hollywood y Lowell coincidirán con la próxima visita de Silva a su pareja. La española estará la semana que viene en Nueva York, donde el actor será el anfitrión de la gala del 125 aniversario del Carnegie Hall, el templo de la música de la Gran Manzana. Gere será el hilo conductor de una velada con protagonistas como Renée Fleming, Lang Lang, James Taylor, Yo-Yo Ma, Emanuel Ax o el español Pablo Heras-Casado, que se ha consolidado como una de las batutas de mayor prestigio en el panorama musical neoyorquino y estará al frente de la Orchestra of St. Luke’s.

El evento será una oportunidad para que Gere pasee su amor con Silva en su propio terreno, después de las apariciones que la pareja ha tenido en Madrid en los últimos meses.

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