Bárbara Mirjan y Cayetano Martínez de Irujo en Marbella
Bárbara Mirjan y Cayetano Martínez de Irujo en Marbella

La relación de Cayetano Martínez de Irujo con una joven estudiante irrita a su entorno

Bárbara Mirjan, de 20 años, es la nueva pareja del duque de Arjona. La familia de ella no aprobaría el noviazgo

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Veinte años no es nada», cantaba Carlos Gardel. Parece que a Cayetano Martínez de Irujo (53 años) y a su nueva novia, Bárbara Mirjan Aliende (20), treinta y tres años tampoco les supone una gran diferencia de edad. Ayer, la revista «¡Hola!» llegaba a los quioscos con la exclusiva de la semana y con la que ya es «la pareja bombazo» del verano: el duque de Arjona y esta joven universitaria están juntos.

Se conocieron en una fiesta en Marbella a principios de verano y desde entonces no se han separado. El reportaje fotográfico de «¡Hola!» situaba a la pareja viendo atardeceres mientras él la cogía de la cintura y ella apoyaba tiernamente la cabeza sobre su hombro, también saliendo a navegar con Luis y Amina -los hijos de Cayetano, fruto de su matrimonio con Genoveva Casanova-, con los que solo se lleva cinco años.

Hija única de padre libanés y madre vasca, Bárbara estudió en el International School of Madrid (ISM) y, más tarde, en el Runnymede College, el colegio británico donde también se han formado los hijos de Cayetano y Genoveva y muchos otros cachorros de la sociedad madrileña. «Fue en el último curso del colegio -a los 17 años- cuando Bárbara ya se fijó en un hombre mucho mayor que ella, tenía 42 años, y estuvo con él algún tiempo», cuentan a este periódico desde su entorno.

Descontento entre familias

Al terminar su formación básica, Bárbara se matriculó en la prestigiosa universidad King’s College de Londres, donde estudia Filología Francesa y Gestión de Empresas. Al terminar su primer curso, decidió tomarse un año sabático e instalarse en París para perfeccionar el idioma. El próximo 18 de septiembre volverá a su apartamento londinense para, al día siguiente, comenzar su segundo curso académico. El año que viene deberá elegir entre Canadá o París como destino erasmus. A la vuelta cursará su último año en la King’s College. Mientras tanto, también tiene un proyecto de ropa con su íntima amiga Carlota Trías, la hija de Jorge Trías y Amalia Aranguren, propietarios de la firma de muebles Becara.

Con los próximos dos años tan programados, lo que Bárbara no podía imaginar es que conocería a alguien en España con quien compartir su vida. «La familia de ella lo lleva fatal. Aunque él les parece bien, lo que no les gusta nada es que le triplique la edad», cuentan fuentes del entorno, que afirman conocer la noticia desde hace dos semanas. Y añaden: «La que está que trina también es Genoveva, no por celos, sino porque Cayetano no ha tardado nada en meter a los niños y que conozcan a Bárbara como su pareja».

Los que la conocen coinciden en que Bárbara «es una chica muy madura y avanzada para la edad que tiene» y que siempre intenta pasar inadvertida. Quizá por eso «los jóvenes de su edad no le llaman la atención y se fija en hombres más mayores». También afirman que «no es extremadamente sociable», por lo que resulta complicado conseguir información sobre ella.

Este periódico intentó contactar con Bárbara varias veces por teléfono a lo largo del día de ayer, pero no obtuvo respuesta. A mitad tarde, la joven borró su rastro en Facebook. Entre sus amigos en la red social figuraban Mencía Fitz-James -hija de Javier Fitz-James Stuart de Soto e Isabel Sartorius- y Pepe Barroso Jr -hijo del fundador de Don Algodón-. El entorno afirma que el revuelo mediático que se ha organizado por su relación con el jinete la podría haber desbordado. De hecho, durante todo el día de ayer, en los grupos de whatsapp aristocráticos no se hablaba de otra cosa.

Con «la vuelta al cole», Bárbara dejará de estar en el punto de mira y volverá la calma que no ha podido tener durante sus últimos días de vacaciones. Desde Londres, tanto ella como Cayetano se enfrentarán a otro condicionante en su relación: la distancia. Porque lo que sus amigos íntimos también aseguran es que su relación «va en serio». «No se trata de un simple amor de verano», dicen.

Ver los comentarios