La Reina Sofía disfruta de un concierto de Zubin Mehta en Atenas

El pasado domingo, la Reina Doña Sofía, acompañada por su hermana, la Princesa Irene de Grecia, hizo una nueva aparición pública en Atenas. Un día después de que Don Juan Carlos navegara por aguas gallegas a bordo del nuevo «Bribón», la Reina emérita disfrutó de uno de los dos conciertos que ofreció la Orquesta Filarmónica de Israel (domingo y lunes) en el Palacio de la Música de la capital griega.

La Reina acudió para aplaudir, una vez más, a Zubin Mehta, quien no solo es el magnífico director vitalicio de la Filarmónica israelí, sino también un gran amigo desde hace muchos años. Siempre que le es posible, Doña Sofía acude a verle. Así lo hizo, por ejemplo, el pasado verano en el Palau de la Música de Valencia, donde asistió al último concierto de Mehta en la capital del Turia con «La forza del destino», de Verdi.

La amistad personal de Doña Sofía con Zubin Mehta viene de lejos. Mehta, nacido en Bombay (India), ha dirigido las mayores orquestas del mundo (Montreal, Los Ángeles, Nueva York, Valencia...). Por su parte, la Familia Real griega siempre ha sido muy melómana. El Rey Pablo, padre de Doña Sofía, y su hermana Irene tocaban muy bien el piano (su profesora fue la concertista Gina Bachauer) y ella misma también lo hace en privado. Pero no sólo la madre de Felipe VI ha mantenido una larga amistad con Mehta, sino también con otros grandes como Rostropovicht, Menuhim, Rubenstein o Barenboin.

El programa musical que disfrutó Doña Sofía fue magnífico (Schoenberg, Mahler y Dvorak), así como el gesto de un ciudadano griego residente en el extranjero y que desea permanecer en el anonimato: gracias a él, la orquesta pudo viajar y actuar en Atenas en un momento delicado para el Palacio de la Música, que se encuentra en graves dificultades financieras.

Doña Sofía se había trasladado a Atenas pocos días antes del concierto, regresando ayer a Madrid en vuelo regular y con su discreción habitual. Su presencia en Grecia, desde la abdicación del Rey Don Juan Carlos, es frecuente: aquí residen su hermano, el Rey Constantino, quien está algo delicado de salud; su cuñada, la Reina Ana María; y también su hermana, la Princesa Irene, quien pasa largas temporadas en su piso en la capital helena. Los atenienses siempre se alegran de la presencia de quien en su día fue la Princesa Sofía de Grecia. A pesar de los esfuerzos de los escoltas de la Presidencia griega, muchos son los ciudadanos que se acercan a saludarla y, con frecuencia, abrazarla.