Rafa Nadal: «Verme en una valla con poca ropa me hace sentir extraño»

Según las estadísticas, seis de cada diez hombres usan bóxers y la cifra va en aumento. Algunos caballeros, como Rafa Nadal, los prefieren en versión «tight» (ajustados) y de una marca en concreto. El mallorquín primero los quiso de Armani y ahora, de Tommy Hilfiger. De hecho, este verano decidió quitarse la ropa y posar ante las cámaras con sus «Tommy» favoritos... solo con ellos. Desde entonces, la campaña del número cinco del tenis mundial en paños menores empapela las calles de medio planeta: Nueva York, Londres, París y ahora también Madrid.

Ayer, Nadal hizo una breve escala en la capital para presentarse oficialmente como imagen de Hilfiger para su colección de «underwear» y para la nueva fragancia TH Bold.

La próxima primavera también protagonizará la campaña de sastrería de la marca americana, que este año celebra su treinta aniversario. Anoche, el 14 veces ganador del Grand Slam jugó un partido de dobles en el Palacio de Cibeles junto a los modelos Malena Costa, Juan Betancourt y Cristina Tosio para estrenarse como «chico Tommy». Poco antes del «strip tenis», curioso match, recibió a ABC en un hotel céntrico para hablar sobre su regreso al mundo de la moda.

—¿Costó mucho convencerle para que se quitara la ropa?

—No, no mucho (risas). Costó que hubiera detrás una compañía como Tommy Hilfiger, con la que tengo una relación desde hace años. Mi amistad personal como Tommy, al que conozco desde 2006, facilitó todo. Para mí es una gran satisfacción ser parte de esta marca. Me apetece conocer diferentes cosas y aprender de todas ellas. Ahora, gracias a Tommy, conozco un poco mejor el mundo de la moda.

—¿Esto es la antesala para lanzar su propia marca de ropa?

—No tengo ni idea, no está en mi cabeza. Me lo han ofrecido, pero de momento no lo deseo. Me siento muy cómodo con lo que tengo. Estoy con Nike, Tommy Hilfiger, Telefónica, Kia, Mapfre...

—Este verano se le podía ver en calzoncillos hasta en las calles de Broadway. ¿Le da pudor verse así?

—Bueno, yo era una persona muy tímida de pequeño. Ahora lo soy un poquito menos porque llevo muchos años conviviendo con mucha gente y eso ayuda a quitarse la timidez. Pero eso no quita que verme en una valla publicitaria con poca ropa me haga sentir extraño. Supongo que es parte de mi vida y de mi trabajo.

—Y supongo que debe ser más fácil posar con traje que en calzoncillos...

—Sinceramente ha sido lo mismo. Estaba con mi equipo, con mi gente de confianza. No me cuesta más posar sin que con ropa (risas).

—¿Qué opina su novia Xisca?

—Bueno, ella tiene muy claro que todo esto es parte de mi vida y tampoco pido permiso a nadie para nada de lo que hago. Hace muchos años que convivimos, que estamos juntos, y tenemos muy claro cuál es el trabajo de cada uno. Yo sé cuál es el mío y ella sabe cuál es el suyo.

—¿Se gana más como modelo?

—¿Se refiere a dinero? Al fin y al cabo eso es un tema personal. No sé si se puede ganar más como modelo que como tenista. Pero sí sé que si haces bien tu deporte tiene más opciones de protagonizar campañas. No haces campañas porque sí, sino porque logras algo destacado en tu trabajo. No soy alguien especial, pero sí he hecho algo especial en la pista y por eso las marcas confían en mí.

—Falta poco para que abra su academia de tenis, la Rafa Nadal Academy. ¿Todo preparado?

—Las cosas avanzan muy rápido y vamos a abrir en mayo de 2016. Es una gran ilusión crear un centro deportivo con academia de tenis y escuela internacional dentro para que los chicos puedan seguir estudiando. Para mí eso es vital. Practicar deporte es una muy buena manera de educarse, pero evidentemente uno tiene que seguir con sus estudios. Quiero preparar a los niños para el futuro, sean o no sean tenistas.

—Usted no tuvo oportunidad de continuar sus estudios. ¿Alguna vez pensó en una carrera universitaria?

—Esto es una cosa que yo no me he podido plantear. Con 15 o 16 años ya era tenista profesional y no pude plantearme seguir una carrera. Pero mi vida hubiera sido más fácil con una academia como la que voy a abrir, con colegio, gimnasio, pistas, centro médico propio... todo en un mismo sitio. Eso sí, yo tuve la gran suerte de que mis padres y mi tío Tony se volcaran en mí y no todos los niños tienen esa misma suerte.