Príncipe Harry: «La herida de mi madre supura cuando veo un flash»

Los Duques de Sussex se retiran de la vida pública durante seis semanas y planean mudarse a África de forma permanente

Los Duques de Sussex, en su viaje oficial a Sudáfrica EFE

IVANNIA SALAZAR

La vieja y repetida historia de aquellos desfasados cuentos donde las mujeres se enamoran de los príncipes, se casan y son felices para siempre no son así en la vida real. Al menos, no para todas las nuevas princesas (o duquesas). Ser una mujer independiente, profesional, con una vida hecha y de repente enamorarte de un miembro de la Familia Real puede parecer muy romántico pero a la hora de la verdad, convertirse en una verdadera carga. La vida de palacio no es fácil si no se nace y se vive educado dentro de ella y el constante escrutinio público lo hace aún más complicado. Lo vivió la princesa Diana, que aunque nació en una familia aristocrática siempre estuvo en el blanco de los tabloides británicos, tan criticada como alabada, y ahora lo sufre su nuera, con la que comparte pesares aunque nunca llegaran a conocerse. Tan cansados están Harry y Meghan, Duques de Sussex, que no solo han decidido darse una pausa de seis semanas en sus deberes reales a partir del próximo mes, según informa «The Sunday Times», sino que han expresado su deseo de mudarse de forma permanente a África, un continente al que los dos tienen gran aprecio.

Los últimos meses no han sido un camino de rosas para la pareja. Aunque al principio la llegada de Meghan a la Familia Real británica fue vista como un símbolo de las frescura y la renovación necesarias en una casa que se mantiene anclada en sus tradiciones más antiguas, pronto se convirtió en un incordio. Y los medios empezaron a lanzarle dardos envenenados de forma feroz: con comentarios negativos no solo sobre su origen estadounidense, su profesión como actriz o su condición de divorciada, sino con proclamas racistas (Meghan es la primera mujer birracial en la familia, lo cual no debería ser noticia, pero desgraciadamente lo es).

También la han juzgado por la forma en que toma a Archie, su bebé, en brazos o por haber engordado después de ser madre. Por si fuera poco, ella, de 38 años y Harry, de 35, están en medio de una batalla legal con varios tabloides británicos, a los que han interpuesto sendas demandas por invadir su privacidad . El príncipe Harry explicó en un duro comunicado que no va a permitir que las mismas «fuerzas poderosas» que mataron a su madre, que murió en un accidente de tráfico en París en 1997 mientras era perseguida por un grupo de paparazzi, ataquen ahora a su esposa.

Según The Sunday Times, el periodista Tom Bradby, presentador del programa «News at Ten» de ITV News, « Harry y Meghan parecen vulnerables y heridos». Bradby los entrevistó durante su reciente gira por África para un documental que fue emitido anoche, aunque algunas partes habían sido adelantadas en las redes sociales en los últimos días. Es justamente en este documental donde Harry también expresó que su dolor por la muerte de su madre, Diana, es una «herida que supura, cada vez que veo una cámara, cada vez que escucho un clic, cada vez que veo un flash » y manifiesta sus ganas de abandonar Reino Unido de forma definitiva y trasladarse a vivir a África . «Me siento más yo mismo» en África, dijo, y agregó que Ciudad del Cabo sería un «lugar increíble para asentarnos».

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