Primera aparición pública de Begoña Gómez tras su llegada a La Moncloa

Han pasado 26 días desde que Pedro Sánchez fue nombrado presidente del Gobierno. Desde entonces, le hemos visto en camiseta y pantalón corto, practicando running antes de meterse en faena (política); jugando con su perrita Turca ; a bordo de un avión de la Fuerza Aérea española con las gafas de sol puestas y saludando a Emmanuel Macron en las escaleras del palacio del Elíseo, en París. También hemos contemplado un reportaje gráfico sobre sus manos . Pero ni rastro de su mujer, Begoña Gómez ... Hasta la pasada noche, cuando hizo acto de presencia en la madrileña sala Fortuny, poco antes de las nueve y con quince minutos de preaviso.

Vestida con un traje de chaqueta negro, zapatos tipo salón y la melena suelta, Gómez fue generosa en sonrisas, aunque parca en palabras. Se limitó a responder con un «todo bien» cuando le preguntaron qué tal había resultado su desembarco en La Moncloa. La esposa de Sánchez ha preferido guardar su primera aparición desde su llegada a la residencia oficial del presidente del Gobierno para la gala benéfica «África en la piel», una iniciativa impulsada por el dermatólogo Pedro Jaén , buen amigo suyo y quien tratará a niños albinos en Tanzania con los fondos recaudados en esta fiesta.

El sarao en Fortuny , local que gestiona Javier Merino , también contó con la presencia de Enrique Ponce y Paloma Cuevas , los cantantes Mónica Fernández de Valderrama y Juan Peña , y la modelo israelí Bar Refaeli , quien a priori se anunciaba como la estrella de la noche. Y a la postre, nadie le hizo sombra.