Ponga una estrella de la música en su boda

La boda de la hija de Mukesh Ambani, el hombre más rico de la India, fue amenizada por Beyoncé. El caché de los reyes del pop se dispara en eventos privados

María Estévez

Disfrutar de un concierto privado con una estrella del pop a golpe de talonario es un privilegio reservado a ese famoso 1% de la población que posee más de 50% de la riqueza del mundo. Mientras que el común de los mortales ha de conformarse con animar musicalmente sus casamientos con un DJ, una orquesta o incluso la lista de Spotify, los billonarios del planeta no se conforman con lo convencional. Lo suyo es poner a sus invitados a bailar al ritmo de los grandes ídolos musicales .

El pasado fin de semana, fue la mismísima Beyoncé quien amenizó el enlace de Isha Ambani, hija del hombre más rico de la India -Mukesh Ambani-, con Annand Piramal, primogénito de otro multimillonario -Ajay Piramal-. Entre los invitados se encontraban Hillary Clinton y el magnate del acero Lakshmi Mittal . La celebración tuvo lugar en Rajasthan y fue tan formidable, que los asistentes tuvieron que bajarse una aplicación para estar al tanto de los horarios de los fastos : rituales personalizados, visitas turísticas, fiestas variadas y un sangeet, una noche de música y danza tradicionalmente a cargo de la familia de la novia. En el exclusivo resort The Oberoi Udaivilas también se dieron cita varias celebridades de Bollywood, quienes se lucieron con sus danzas durante el concierto de Beyoncé.

Sin embargo, no hace falta irse muy lejos para encontrar similares ceremonias nupciales. Hace poco más de dos semanas, en La Coruña, Chris Martin , Norah Jones y Jamie Cullum hicieron las delicias de los invitados a la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta . Se desconoce el caché de cada uno de ellos en eventos privados de estas características, pero basta recordar que, en 2014, la revista «Variety» desveló que el exmarido de Gwyneth Paltrow cobraba cerca de 750.000 euros por menos de una hora sobre el escenario.

Oligarcas, los pioneros

Los oligarcas rusos fueron quienes convirtieron en tendencia la práctica de poner a una estrella de la música en las bodas de sus retoños. El pasado año, Christina Aguilera se embolsó dos millones de euros por entonar tres canciones durante una fiesta nupcial en Chipre. Un año antes, Mihkail Gusteriev no tuvo reparos en fichar a Sting , Jennifer López y Enrique Iglesias para el casamiento de su hijo. Los tres artistas se repartieron tres millones de euros -de manera desigual- por 45 minutos de trabajo cada uno.

El armenio Sargis Karapetyan, el quinto entre los más ricos y poderosos de la Rusia de Putin, quiso competir con sus correligionarios y para el enlace de su hijo Samvel contrató a Adam Lavine , líder de Maroon 5, a quien no le quedó otra que compartir micrófono con el entusiasmado novio. Y en enero de 2017, Mariah Carey y Elton John fueron quienes dieron el do de pecho en la ceremonia nupcial de Irene Kogan, nieta del multimillonario Valery Kogan, dueño del aeropuerto de Moscú. Recibieron más de tres millones de euros.

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