De los perros de Joe Biden a la culebra de Teddy Roosevelt: todas las mascotas de la Casa Blanca

Ha sido durante mucho tiempo una puerta giratoria de animales grandes, pequeños, familiares y exóticos, exceptuando la etapa de Donald Trump, que ha sido la única en la historia donde no ha habido

Joe Biden con su pastor alemán REDES SOCIALES

María Estévez

Fue el presidente Harry S. Truman quien decía: «Si quieres un amigo en Washington, cómprate un perro». Una cosa es cierta, hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, todos los presidentes anteriores tuvieron un animal de compañía, un patrón que recuperará el electo Joe Biden , dueño de dos perros adoptados.

Precisamente este fin de semana, el marido de Jill Biden se fracturó el pie jugando con uno de sus pastores alemanes, aunque nada que revista gravedad. Tendrá que guardar reposo durante unos días. Sus dos mascotas, Campeon y Mayor, serán pronto las nuevas inquilinas de Casa Blanca. Una alegría para los partidarios de las mascotas después de que Trump se convirtiera en el primer presidente en más de 100 años sin mascota.

Desde que George Washington , que tenía doce perros, incluidos Drunkard, Taster, Tipler y Tipsy; la mayoría de los presidentes han tenido mascotas. Andrew Jackson tenía un loro al que enseñó a maldecir. Lincoln tenía dos cabras. Teddy Roosevelt una culebra llamada Emily Spinach. Franklin D. Roosevelt, un terrier escocés llamado Fala, que se conmemora en bronce en el monumento al presidente en Washington, DC Lyndon B. Johnson fue dueño del primer perro rescatado de la Casa Blanca, un terrier que su hija encontró en una gasolinera.

Los Biden compraron a su pastor alemán, Champ, de un criador en el 2008 y en el 2018, cuando buscaban un compañero para él, su hija Ashley vio una publicacion en Facebook de la Delaware Humane Association (DHA), sobre seis pastores alemanes rescatados, así fue como los Biden acogieron a Major. «Adopte, no compre» se ha convertido en un eslogan que se comparte con frecuencia en las redes sociales por los defensores de los animales. Grupos como el Shelter Pet Project ayudan a conectar a las personas con listados de mascotas en refugios de todo el país, donde muchos rescates se centran en razas específicas.

Otros, como el Beagle Freedom Project, rescatan perros utilizados en experimentos de investigación y los colocan en «hogares para siempre», mientras que Humane Society International facilita el rescate y la adopción de perros del comercio de carne de perro en Corea del Sur que traslada a refugios en el área de Washington, D.C.

El pastor alemán Major del presidente electo Joe Biden está a punto de convertirse en el primer perro de rescate de un refugio en establecerse en la Casa Blanca. Major y Champs cuentan con agenda propia y página de Twitter . Los perros de Biden incluso protagonizaron anuncios de campaña con el lema: «Pongamos un perro de vuelta en la Casa Blanca».

De hecho, la mayoría de los presidentes modernos han tenido perros y gatos. El presidente Barack Obama adoptó a los perros de agua portugueses Bo y Sunny durante sus dos mandatos, y a menudo se le veía paseándose por el césped de la Casa Blanca con su familia. El terrier escocés de George W. y Laura Bush, Barney, se convirtió en una estrella por derecho propio en el 2002 tras protagonizar el video navideño de la Casa Blanca. Los Clinton tenían el gato Socks y el labrador retriever Buddy; George H.W. Bush llegó con el spaniel inglés Millie y su cachorro, Ranger; y Ronald Reagan también tuvo varios perros.

Las mascotas se han convertido en un elemento político con el que atraer a votantes interesados en los animales, ya que son aproximadamente 85 millones de familias estadounidenses las que tienen una mascota, lo que representa el 67% de los hogares estadounidenses, según la Encuesta nacional de propietarios de mascotas 2019-2020 de la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas.

Barack Obama, en 2009, con uno de sus perros. Sus mascotas fueron las últimas que hubo en la Casa Blanca AP

Desde gatos, perros y pájaros hasta hipopótamos pigmeos y gatos monteses, la Casa Blanca ha sido durante mucho tiempo una puerta giratoria de animales grandes, pequeños, familiares y exóticos. La larga historia de presidentes con mascotas se remonta a la fundación del país. Algunos comandantes en jefe llevaban a sus animales de compañía de paseo para suavizar su imagen, para atraer a un público más amplio o simplemente porque los adoraban. Mientras unos presidentes tenían mascotas que funcionaban como animales de trabajo, otros convirtieron el césped de la Casa Blanca en un pastizal. Algunos tenían mascotas que eran espeluznantes, repugnantes y francamente extrañas, y otros fueron protagonistas de relatos escandalosos.

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