Un «pequeño servicio» en la Casa Blanca para Robert Trump
El presidente de EE.UU. despidió con honores a su hermano pequeño, fallecido en Nueva York
Para alguien como Donald Trump (74 años), acostumbrado a revestir sus actos de lo que él cree grandeza, aunque no vengan al caso, decir que «vamos a celebrar un pequeño servicio» ha sido el equivalente a organizar un funeral que sería de Estado si no fuera porque el protagonista del mismo, su «querido» hermano Robert («mi mejor amigo», en palabras del presidente) ha sido el finado. Sí, el funeral fue privado, pero ni ha sido pequeño ni mucho menos discreto, pues el escenario ha sido la mismísima Casa Blanca, donde tuvo lugar el pasado viernes.
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El presidente ya avisó el lunes a los periodistas de sus intenciones: «Vamos a celebrar un servicio pequeño. Robert amaba su país y estaba orgulloso de lo que estamos haciendo. Creo que es lo apropiado». Ciento cincuenta personas asistieron a la ceremonia, entre familiares, amigos y políticos cercanos a los Trump. Donald y Melania acompañaron el féretro sin vestir mascarillas, aunque todos los invitados tuvieron que hacerse un test de coronavirus antes de entrar al recinto.
La última vez que se celebró un funeral en la Casa Blanca fue en 1963, tras la muerte del presidente John F. Kennedy . De hecho, utilizar el ala Este para eventos fúnebres privados es casi insólito Antes de JFK, en esta sala se veló a Abraham Lincoln, en 1865, y aquí también se dio el último adiós al hijo de Lincoln, Willie, quien falleció tres años antes que su padre. Tenía 11 años.
De Harrison a Roosevelt
Los primeros presidentes objeto de exequias fúnebres en el ala Este fueron William Harrison, en 1841, y Zachary Taylor, en 1850. Sin embargo, Trump no ha sido el primer mandatario en ocupar estas habitaciones para servicios familiares. Además de Lincoln, Benjamin Harrison, en 1890, ordenó abrir este espacio para honrar a la esposa y la hija de su secretario de Marina , Benjamin Tracy, después de que murieran en un incendio. Y Franklin D. Roosevelt organizó un funeral de Estado para su asesor político e íntimo amigo Louis Howe, en 1936. Trump, por lo tanto, ya tenía sus argumentos para abrir la Casa Blanca a su hermano.
Robert Trump murió repentinamente el pasado 15 de agosto, a los 71 años de edad. Se desconoce la causa de su fallecimiento, aunque se especula que pudo ser covid. «Con gran pesar, comparto que mi maravilloso hermano, Robert, falleció pacíficamente esta noche . No solo era mi hermano, era mi mejor amigo. Lo extrañaremos mucho, pero nos volveremos a encontrar. Su recuerdo vivirá en mi corazón para siempre. Robert, te amo. Descansa en paz», escribió Trump en Twitter a modo de comunicado oficial. Ann Marie Pallan, la actual esposa de Robert, con quien se casó el pasado mes de marzo, estuvo presente en las exequias, a las que faltaron Blaine Trump, la primera mujer del difunto, y su hijo Christopher.
Contra el libro de su sobrina
Estrecho colaborador de su hermano, quien le había visitado un día antes de su muerte en un hospital de de Nueva York, Robert trabajó como vicepresidente ejecutivo de la Organización Trump hasta que se retiró a Miami. Recientemente acaparó titulares por liderar la demanda, en nombre de la familia Trump, para detener la publicación del libro de su sobrina Mary Trump , en el que se critica sin piedad al clan.
Tras el funeral, varios de los invitados se liaron en una trifulca en el r, cuando les dijeron que estaba prohibido albergar a un grupo tan grande debido a las restricciones por coronavirus: la discusión acabó a puñetazos entre un invitado a la ceremonia y uno de los camareros del establecimiento.
