La pasión italiana por George y Amal Clooney

Padres recientes de gemelos, desataron la locura en Venecia, la ciudad donde se casaron en 2014

La paerja, radiante en la alfombra roja de Venecia DAEV BEDROSIAN

ÁNGEL GÓMEZ FEUNTES

Con George Clooney (56 años), la Mostra se convirtió en «Clooneyland», llenando Venecia durante el fin de semana con su buena y acostumbrada dosis de glamour. Hasta la ciudad de los canales, que el actor y director norteamericano considera la más romántica del mundo, ha venido con su mujer libanesa-británica, la abogada Amal Alamuddin (39), y sus dos hijos gemelos de 3 meses, Ella y Alexander. La familia se ha hospedado en la suite del mismo hotel, el Cipriani (en la isla de la Giudecca), donde ambos se instalaron cuando celebraron su enlace hace tres años.

Ha gustado la nueva película de Clooney , «Suburbicon», que versa sobre la sociedad norteamericana racista e hipócrita. Se trata del sexto largometraje que realiza como director. Pero el filme casi pasó a segundo plano, porque se ha hablado más de la pareja y de su espectacular puesta en escena como matrimonio ejemplar. Clooney ha conquistado al personal, no solo con su último trabajo cinematográfico. Él encandila a todos y su mujer, mucho más.

Clooney maneja como nadie las artes para agradar a todos los públicos. Con objeto de verle de cerca sobre la alfombra roja le esperaron, durante muchas horas, jóvenes y también señoras mayores. Consciente de ello, en la pasarela hizo el «paseíllo» más largo que ninguna otra estrella en la Mostra, siempre predispuesto a selfies, autógrafos, saludos, gritos y lágrimas de sus admiradoras. Lo aclaman como un gran divo. Para los fotógrafos, se entretiene lo que haga falta, con poses para todos los gustos. Pero en la alfombra roja brilló con luz propia la bella y elegante Amal , en su primera aparición pública tras dar a luz, ataviada con un vestido lila de Versace que realzaba su espléndida figura. Tanta admiración suscitó la elegancia y charme de la abogada y activista en la defensa de los derechos humanos, que para más de uno Clooney, vestido de esmoquin, parecía el mayordomo.

Compañía de lujo

En su visita a Venecia, George y Amal recorrieron muchos de los escenarios de su boda de las mil y una noches, que les unió a finales de agosto de 2014. En su típico ritual en la ciudad de la Laguna, la pareja cenó en el restaurante Da Ivo, el preferido del actor. Los acompañó Matt Damon, protagonista en «Suburbicon». Manjar destacado del menú fue la preciada trufa blanca (3.000 euros), que el propietario, Giovanni Fracassi, hizo traer desde Alba (Piemonte), lugar donde se recoge esa joya gastronómica.

Clooney, que es como de la casa en este establecimiento, se dejó fotografiar con los camareros . Pero el lugar estaba blindado. Para evitar ser localizado, reservó mesa en cinco restaurantes más. De hecho, su nivel de seguridad ha aumentado al máximo en los últimos tiempos.

Los gemelos se quedaron en el hotel con la niñera y la madre de Amal. Las fotos de los críos podrían valer un millón de euros. George Clooney sabe moverse también como un consumado político. No extraña, por tanto, la pregunta que le hizo el propietario del restaurante, según han recogido los medios italianos: «Le he dicho a George por qué no intenta meterse en política; lo vería muy bien como un segundo Kennedy . Me ha contado que ha tenido presiones para ser candidato, pero que a él le gusta el cine, porque prefiere continuar manteniendo un espíritu libre».

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