Nicolás Toth, Eliza Arcaya y Carolina Herrera
Nicolás Toth, Eliza Arcaya y Carolina Herrera

La pandilla venezolana más solicitada por la alta sociedad madrileña

De Madrid al cielo. Este grupo de amigos triunfa en el mundo del diseño, la hostelería, el arte y la venta de bienes raíces

MADRID Actualizado: Guardar
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Son jóvenes, guapos, triunfadores y, por si fuera poco, se los rifan en la alta sociedad madrileña. «Sin la pandilla venezolana, la fiesta no es completa», advierte un conocido interiorista asiduo a los salones más inexpugnables de la capital. «Son como una piña y su asistencia a un evento es garantía de calidad», añade este prestigioso decorador. La diseñadora Carolina Adriana Herrera, la restauradora Eliza Arcaya, la amazona Margarita Vargas, el artista Juan Gerstl, el relaciones públicas Nicolás Toth y el magnate inmobiliario Francisco Miguel España Rodón forman la cuadrilla V.I.P. más solicitada del momento.

«Venezolanos adinerados que vivan en Madrid hay muchos y desde hace años. Están los Capriles, los Cisneros, los Escotet... Pero esta nueva generación es como un soplo de aire fresco...», apunta una socialite que a la hora de recibir en su casa no duda en convidar a los «seis fantásticos» de Venezuela.

«Saben divertirse, pero son discretos y jamás les verás posando en un photocall y muchos menos vendiendo exclusivas. En Caracas el exhibicionismo te puede costar la vida, por eso son tan reservados», añade esta fuente.

La hija de Carolina Herrera fue una de las primeras en llegar a España. «Desde muy joven venía a nuestro país para acompañar a su madre en sus viajes de trabajo. Y el flechazo con Miguel Báez El Litri terminó por convertirla en una española más», señala esta gran dama que conoce bien al padre de Carolina Jr., Reinaldo Herrera, quien llegó a ostentar el título nobiliario español de marqués de Torre Casa. Tras su boda con el diestro, en 2004, la diseñadora vivió muchos años entre la finca de los Báez cerca de Aliseda (Cáceres) y su casa en Madrid. Ahora que han vendido esa magnífica propiedad extremeña, la diseñadora pasa más tiempo en la capital con sus amigos.

La hostelera del momento

Durante una larga temporada Carolina Adriana compaginó su trabajo como responsable de la línea de perfumes del imperio de su madre con la gestión de Baby Deli, un espacio para niños en el corazón del barrio de Salamanca con juguetes y productos ecológicos, talleres didácticos y una cafetería. Tras un bache financiero solventado en 2015, la empresaria ha decidido apartarse del negocio, aunque no de su socia, Eliza Arcaya, otra de las «fantásticas» de la troop caraqueña.

Pese a haber estudiado Diseño Gráfico en Nueva York, Arcaya se ha convertido en una de las principales restauradoras de la Milla de Oro madrileña. Su restaurante El Velázquez 17 es uno de los más cotizados de la ciudad y uno de los puntos de reunión de la pandilla, donde se mezclan con celebridades locales como Vicky Martín Berrocal, Emiliano Suárez, Fiona Ferrer o Marta Sánchez.

Murillo Café, frente al Jardín Botánico, es otro de sus exitosos establecimientos. Margarita Vargas, esposa de Alfonso de Borbón, es clienta habitual de este elegante bistró en la calle Ruiz de Alarcón. La hija amazona del banquero Víctor Vargas llegó a Madrid hace cuatro años y está muy volcada en los proyectos solidarios de la Fundación Pequeño Deseo. Dicen que se ha adaptado muy bien a la sociedad nacional con la ayuda de Paloma Cuevas, Enrique Ponce y Paloma Segrelles Jr. Con algunos de ellos suele saborear los platos de Murillo, cuyos sobrenombres (hamburguesa «Lulú», salmorejo «duque de Alba», ensalada «Cayetana») corresponden a otro amigo venezolano de la casa, el periodista Boris Izaguirre.

Casualmente Izaguirre fue el artífice de que el exmodelo Nicolás Toth recalara hace dos años en Madrid. «Se conocieron en una ceremonia de los Grammy Latinos. Por entonces Nicolás trabajaba como modelo, pero quería desarrollar más su faceta de comunicación. Boris le convenció para que probara suerte en España», recuerda un amigo de ambos. Ahora dirige con Rafa Ríos Mr. Ríos & Mr. Toth, una firma de comunicación que asesora a negocios de lujo como la joyería San Eduardo o la floristería Llorens & Durán, aunque también trabaja para el artista cinético caraqueño Juan Gerstl, quien se ha instalado en el piso de la actriz Sara Vega, o para el magnate venezolano Francisco España Rodón, dueño de la inmobiliaria Ferca Rentals.

La finca más deseada

España Rodón ha sido uno de los últimos en llegar a Madrid. De hecho, todavía está ultimando los detalles de su mudanza. Su empresa de bienes raíces acaba de desembarcar en el mercado local con una inversión de 100 millones de euros. El empresario ha convertido un edificio-palacete en la elegante calle Blanca de Navarra, cuyo valor asciende al millón de euros, en su base de operaciones en Europa.

Según las previsiones de Ferca, este año «puede llegar a cuadruplicar» su inversión en ladrillo español, fundamentalmente en zonas «prime» de la capital. La casi oculta calle Espalter, a pasos del Murillo Café y del Parque del Retiro, es una de las más deseadas por su cartera de clientes sudamericanos. Una de las señoriales fincas de esta calle, con vistas al Museo del Prado, se ha convertido en una «pequeña Venezuela». El precio del metro cuadrado en la zona puede trepar hasta los 10.000 euros. La privacidad que buscan los expatriados V.I.P. bien vale esa cifra.

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