Las mujeres en la vida de Plácido Arango: «Era muy leal, un caballero»

Familiares y amigos íntimos lloran la muerte del empresario, esta semana, a los 88 años

Alicia Koplowitz y Cristina Iglesias, esta semana, en el tanatorio de San Isidro EP
Angie Calero

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La muerte de Plácido Arango ha dejado al mundo del arte y empresarial faltos de un mecenas cultural y un fiel consejero, que siempre prefirió no hacer ruido y habitar en la sombra. El pasado lunes, la vida del fundador del conglomerado empresarial Grupo Vips -y uno de los principales benefactores del Museo del Prado y del Bellas Artes de Asturias- se apagaba a los 88 años . Pero para todos los que se acercaron al tanatorio de San Isidro de Madrid para acompañar a su familia y despedirse de él, Plácido Arango era un amigo leal.

Hasta allí se desplazaron Carolina Adriana Herrera , Carmen Posadas , Antonio Garrigues Walker , Alicia Koplowitz , Felipe González y su esposa, Mar García Vaquero , o Alberto Ruiz Gallardón . A todos se les podía ver muy afectados. A última hora de la tarde llegaron Don Juan Carlos y Doña Sofía , que previamente habían emitido un comunicado donde expresaban su enorme agradecimiento a Plácido Arango: «Nunca podremos olvidar los gratos momentos compartidos ni su servicio generoso a España y a la Corona».

Plácido Arango y Alicia Kiplowitz EB

Hijo de asturianos que emigraron a México siendo niños, Plácido Arango volvió a España en 1965 para expandir la cadena de supermercados familiar, Aurrerá. En 1969 abrió el primer Vips . En una parte del local estaba el restaurante y en la otra una tienda con prensa y regalos, que se convirtió en todo un clásico en Madrid y después en toda España. Aquella vuelta a sus orígenes y el inicio de su gran imperio la hizo de la mano de la que fue su primera mujer y la única con la que se casó, Maite García-Urtiaga , la madre de sus hijos: Plácido , Maite y Paco . Los tres han heredado de su padre la pasión por la filantropía. Paco, el más conocido, además de productor de cine, lleva años al frente de la fundación Aladina para combatir el cáncer infantil.

«Plácido era mucho más que el creador de los restaurantes Vips. Fue una persona importantísima durante la Transición. Estaba siempre donde tenía que estar, ayudando o creando algo que venía bien a este país en cada momento», cuenta Isabel Azcárate , viuda del artista Eduardo Arroyo , e íntima de Arango desde que llegó a España. «Que se haya ido casi sin enterarse, en cuestión de cuatro días, ha sido una bendición para él porque nunca se habría acostumbrado a estar enfermo. Sin él uno se queda desasistido. Era una persona excepcional, enormemente inteligente, culto, generoso y discreto con él mismo. Todo lo que te decía era acertado, tenía mucha cabeza», apostilla Azcárate. De él también destaca su sensibilidad, la curiosidad que le llevó a coleccionar grandes obras, libros e instrumentos de música, pero, sobre todo -y como todos sus amigos- resalta su lealtad.

«Plácido fundamentalmente era una persona divertida, que tenía un profundo sentido del humor. Eso para mí son valores humanos muy importantes. Que fuera una persona así de positiva dice mucho de cómo era él, porque las personas amargas no interesan a casi nadie», cuenta el abogado Garrigues Walker, quien también conoció a Arango cuando llegó a Madrid a mediados de los 60. Y añade: «Con él uno se sentía confortable. Su conversación giraba en torno a todo tipo de temas, políticos, económicos, mundiales... era una persona muy culta».

La escritora Carmen Posadas coincide con Garrigues y destaca «una virtud» de Arango: «Cuando hablabas con él, te hacía sentir que eras la persona más importante del mundo en ese momento». «Fue un amigo divertido, inteligente e incondicional », afirma.

Cristina Macaya Ernesto Agudo

Tras separarse de Maite García-Urtiaga, Arango mantuvo durante 17 años una relación con Cristina Macaya , viuda del empresario catalán Javier Macaya . Desde 2007, compartía su vida con la escultora Cristina Iglesias . «Juntos hacían una pareja estupenda porque los dos son muy generosos», cuenta Posadas. A Iglesias, al arte y a sus amigos se siguió dedicando después de vender el Grupo Vips en 2018 por 500 millones de euros al grupo azteca Alsea. Los últimos años los pasó en «La charca del valle», su finca de Valdemorillo. Todas las semanas se dejaba caer por el restaurante Hortensio, uno de sus preferidos en Madrid.

Plácido Arangoy Cristina Iglesias,

Un hombre muy tolerante

«Plácido era una persona encantadora y especial. Era un buenísimo amigo y siempre que podía te ayudaba, me ha impactado muchísimo su muerte», cuenta Pilar González de Gregorio a ABC. A la presidenta en España de Christie’s y a Plácido Arango les unía una bonita amistad que se remontaba a principios de los años 90. «Era un hombre que daba grandes consejos y siempre estaba ahí para ayudarte», cuenta, al tiempo que añade que Arango «era un caballero a la antigua que tenía un atractivo muy especial» y una «gran sensibilidad por el arte y la literatura». Destaca también que era «una persona muy tolerante» que le gustaba la gente poco convencional y de cualquier signo político. La última vez que la aristócrata coincidió con Arango fue en el funeral de la Infanta Doña Pilar y, aunque él se retiró pronto, no pensó que podía estar enfermo. «He sentido mucho su pérdida. Me habría gustado despedirme», concluye.

Pilar González de Gregorio Maya Balanya

La muerte del empresario ha sido inesperada para todos sus amigos, incluso para su familia. «Hace tres días no sabía que mi padre estaba enfermo. (...) Lo que más miedo le daba era que le viésemos sufrir. Ha sido muy inesperado para todos», contaba su hijo Paco esta semana. Todos lloran su muerte .

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