Mijas acoge un fastuoso cumpleaños de 23 millones de euros

La fiesta de esta multimillonaria libanesa se ha convertido en la más cara y con distancia social del mundo

La diseñadora Debbie Wingham con la capa de la cumpleañera, repleta de brillantes de varios colores Instagram

Pilar Vidal

La celebración del 40 cumpleaños bien valía una fiesta que no reparara en gastos y más si eres una multimillonaria libanesa. Precisamente porque a los ricos no les gusta salir en la prensa y preservar su identidad sobre todo cuando se trata de dispendios que para el resto de los mortales resultan inexplicables y más en tiempos de crisis como los actuales, no ha trascendido la identidad de la cumpleañera que ha celebrado la primera fiesta virtual en la que se ha gastado la friolera de 23 millones de euros en la celebración .

El escenario elegido fue una de sus mansiones en Mijas (Málaga) en la que solo estuvo acompañada por 10 de sus familiares ya que las restricciones del Covid-19 impedía reunir al resto de invitados. Unas 150 personas lo celebraron simultáneamente a través de videoconferencia en 20 mini fiestas organizadas por amigos; dos en Londres, Los Ángeles, Hong Kong, Kuwait y Qatar, tres en Dubái y una en París, Tokio y Moscú . La generosa anfitriona se encargó de pagar el catering y la desinfección pos celebración. Y en lugar de recibir regalos fue ella quien obsequió a los anfitriones remotos por recibir en su nombre, con un paquete valorado en unos 3.000 euros que contenía entre otros artículos de lujo chucherías, un rollo de lápices de Louis Vuitton de 1.000 euros y una mascarilla de cuero de la misma firma de lujo, una botella de champán Armand De Brignac Ace of Spades, que cuesta 450 euros y cremas de caviar y oro, entre otros artículos. Los familiares que asistieron a la celebración en Mijas tampoco se fueron con las manos vacías y recibieron cada uno una mascarilla decorada con un brazalete de diamantes de 65.000 euros para protegerse durante la fiesta y luego quedarsela.

La mansión de la cumpleañera anónima en Mijas.

Una joya de vestido

Como si de una boda se tratase, la cumpleañera anónima no escatimó en cuanto a su atuendo para una celebración tan especial. Quiso asegurarse que todos los ojos estuvieran puestos en ella, por eso se vistió con una capa de 20 millones de euros para pasar toda la velada. El diseño confeccionado expresamente para la ocasión fue inspirado en un manto de abaya moderno de Oriente Medio creado por la diseñadora y artista británica Debbie Wingham, de 38 años, quien también se encargó de la planificación de la fiesta . La joven es conocida como una de las diseñadoras más caras del mundo. Su salto a la fama le vino cuando sus vestidos pisaron la alfombra roja de los BAFTA en 2005. Aunque ahora prefiere hacer pasteles gigantes con diamantes aún sigue haciendo diseños exclusivos para las damas de la élite que quieren poseer una pieza única en su armario. Este ha sido su encargo más caro hasta el momento.

La impresionante capa estaba tachonada con 15 diamantes rojos raros que varían en tamaño de uno y medio a cuatro quilates, 20 diamantes negros de tres quilates, 10 diamantes blancos de tres quilates, uno azul y seis amarillos. Y para rellenar los huecos que quedaban vacíos se cosieron 1.000 perlas de agua dulce. Sin duda una joya de capa en la que también participó el artista digital Gary McQueen, sobrino del difunto diseñador de moda con sede en Londres Alexander McQueen. Y por si no llevaba suficientes materiales preciosos encima, el look se completó con un protector facial transparente adornado con un collar personalizado de Bulgari valorado en 250 mil euros. Con todas las medidas de seguridad que la ley establece este se ha convertido en el primer cumpleaños más caro y con distancia social del mundo.

El lujo en casa

Y es que la pandemia ha agudizado el ingenio de las empresas que satisfacen las necesidades de los más ricos, que, a pesar de la crisis, siguen sin renunciar al lujo y la ostentación, aunque sea de puertas para adentro. Este pasado verano lo vimos en Ibiza donde hubo gran demanda de fiestas privadas cuya amenización, es decir trasladar las discotecas a las villas privadas costaba 40 mil euros. Un precio que incluía luces y sonido de alta calidad, seguridad privada y algunos de los disc-jockeys más populares de la isla como Andrea Oliva, Agoria, Bob Sinclair o Martin Solveig . El verano anterior Enrique Iglesias aterrizó en la isla para actuar en la fiesta de cumpleaños de unos multimillonarios extranjero. También su padre ha ofrecido en Marbella algún que otro concierto privado para unos rusos a los que no les tiembla el bolsillo a la hora de pagar cientos de miles de euros por una hora de concierto.

Y es que parece haber cierta competición entre los ricos por ver quien sorprende y gasta más en sus celebraciones. Para el recuerdo quedan fiestas como el 40 cumpleaños de Paula Echevarría , la actriz e influencer que consiguió que varias marcas patrocinaran su impresionante fiesta que se celebró en la Casa de Campo de Madrid iluminada por decenas de bombillas y que contó con cientos de invitados. O el de la modelo Eugenia Silva que también celebró los 40 en el Museo de Traje en una fiesta organizada por la misma revista Elle y que muchos invitados no olvidaran como Marta Ortega y Carlos Torretta cuyo flechazo surgió durante la velada. Y traspasando fronteras, la influencer Chiara Ferragni organizó la fiesta de cumpleaños de su marido Fedez en un supermercado que cerró entero. O Miley Cyrus que llenó su fiesta de juguetes sexuales, un toro mecánico y disfraces, para celebrar sus 22 años en un local de Hollywood.

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