Meghan y Harry, dos años de una boda marcada por la polémica: así ha cambiado su vida

Los Sussex celebran su aniversario alejados de la Familia Real británica y estrenando vida en Los Ángeles

REUTERS

ABC

Este martes, 19 de mayo, se cumplen dos años de un «sí, quiero» que logró paralizar el mundo y que ha terminado por suponer una crisis para la Familia Real británica. Dos años en los que Meghan Markle y el Príncipe Harry han experimentado la mayor de las alegrías tras la llegada de su primer hijo, Archie , pero que ha supuesto para ellos un reto vital. Así, tras lo que ellos han considerado un acoso constante por parte de la prensa británica, la pareja ya ha comenzado su nueva vida tras anunciar su «ruptura» con la institución para, entre otras cosas, criar a su hijo lejos del foco mediático.

Lo cierto es que su relación ha estado marcada por la polémica desde el primer momento, y es que son muchos los que criticaban lo rápido que había ido todo: desde su primera cita en julio de 2016 hasta noviembre de ese mismo año, cuando la Casa Real confirmó su noviazgo. La oficialización definitiva tuvo lugar durante un partido de polo en el que se dieron su primer beso en público, pero todo cambió sin duda cuando, poco antes de prometerse, Meghan, todavía actriz y figura pública, concedió una entrevista (y fue la primera en hacerlo) a la revista Vanity Fair, en la que habló abiertamente sobre su relación con el hijo del Príncipe Carlos .

Alexi Lubomirski

La pareja se casó finalmente el 18 de mayo de 2018 en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. Desde entonces, y hasta ahora, no hay decisión, comportamiento o actuación del matrimonio que no se analice con lupa, una situación que ha terminado crispando a los Duques de Sussex pero que también ha repercutido en su relación con el resto de miembros de la Casa Real. Un tira y afloja entre las normas impuestas por la realeza y su corazón.

Sin duda, el gran día tuvo un halo de tristeza para Meghan, que tan solo unos días antes escenificó públicamente una guerra con su padre, Thomas Markle , cuyo objetivo era echar por tierra el gran día de su hija. Y es que cuando faltaban unos días para la ceremonia, no se sabía quién sería el elegido para acompañarla al altar, un papel que ocupó finalmente su suegro, el Príncipe de Gales.

La ausencia del padre de Meghan en la boda era solo la punta del iceberg. Desde ese momento, los medios ingleses comenzaron una guerra por ver quién daba las declaraciones más polémicas de un hombre que parece querer arruinar la reputación de su hija a toda costa. También su hijo, Thomas Markle Jr , ha intentado aprovecharse de la posición de su hermana para ganar dinero: han compartido imágenes personales y han aireado sus «trapos sucios».

AFP

Entre polémica y polémica, críticas constantes de por medio, los Sussex comenzaron a distanciarse de la familia y haciendo las cosas a su manera. Una clara muestra se encuentra en su viaje por Sudáfrica, cuando confesaron que todas estas polémicas, y el escrutinio constante hacia su comportamiento por parte de la prensa, ha hecho mella en sus vidas, por lo que anunciaron una retirada temporal de la vida pública. Pero esta decisión fue solo el «preaviso» de lo que vendría después: los Sussex, desde el pasado 1 de abril, renunciaron a su sueldo y deberes con la Familia Real británica .

Tras unos meses en Canadá, la pareja se ha instalado finalmente en Los Ángeles, en una zona en la que viven numerosas estrellas de Hollywood, donde han comenzado una nueva etapa en la que buscarán nuevos caminos profesionales, sin olvidar su faceta solidaria, disfrutando de su primogénito e intentando que crezca de la manera más anónima posible.

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