Más polémica sobre el final de La Unión: «Rafa Sánchez secuestró el grupo a todos los niveles»

El cantante y el bajista de una banda señera del pop patrio se lían en una pelea por la que acabarán en los tribunales

Rafa Sánchez, Mario Martínez y Luis Bolín Ernesto Agudo
Nacho Serrano

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Hace una semana, la «nueva normalidad» informativa se agitó con una triste noticia musical : la Unión se separan. O al menos eso es lo que aseguró su cantante y cara visible, Rafa Sánchez , al emitir un comunicado que decía que «el grupo La Unión, que fundé y del que soy integrante desde su nacimiento, se está disolviendo y ello quedará materializado de manera inminente, cesando sus actuaciones y actividad como tal». El resto del comunicado venía a decir que la pandemia ha sido la puntilla para una decisión que ya se venía gestando desde hacía años, y anunciaba que el vocalista se concentrará en impulsar su carrera en solitario, «aspecto en el que lleva trabajando y planificando bastante tiempo».

Sánchez insinuó en su texto que el otro fundador que queda en la formación, Luis Bolín , conocía la situación y aceptaba la decisión. Pero para sorpresa de propios y extraños, el bajista ha emitido otro comunicado cuyo primer punto es tajante y contundente: «Rafa Sánchez no fundó La Unión».

Según Bolín, la banda fue fundada por « Mario Martínez , Íñigo Zabala y yo mismo en otoño del 82, como se puede comprobar en las hemerotecas y entrevistas realizadas a lo largo de los años». El músico dice además que «La Unión no se disuelve», que «el Covid-19 nada tiene que ver con la pretendida disolución del grupo que apunta Sánchez», y que La Unión «cumplirá todos los compromisos adquiridos cuando la situación lo permita», respetando eso sí la decisión de Sánchez de emprender su propio camino. Bolín endurece el tono hacia el final de la declaración, donde afirma que «el comunicado emitido por Rafa Sánchez obedece a una estrategia que viene desarrollando en los últimos años y que aprovecha el actual estado de alarma para fabricar un bulo, inventar una noticia y sacar provecho en su propio beneficio ». La cosa, evidentemente, tendrá su recorrido judicial. Bolín ha emprendido acciones civiles y penales para restablecer la situación en defensa de sus «derechos legítimos».

Rafa en 1984 Luis Ramírez

«Lo que teníamos entre manos era la disolución de una sociedad que tenemos al 50 por ciento», declara Bolín a ABC. «Eso tenía unos plazos, y Rafa ha querido adelantarse de forma unilateral, incluyendo una mentira en el primer párrafo. Esta es su manera de proceder de un tiempo a esta parte», asegura el bajista, que se ha sentido « ninguneado » por el carismático cantante durante años. «Rafa cree que él es La Unión, a mí me considera un cero a la izquierda. En los conciertos habla en primera persona, me ha ido relegando y a veces ya ni me presenta. Todo lo decide él según su capricho, y eso nos ha llevado a rechazar giras por América sin motivo. Ha sido una situación de secuestro del grupo a todos los niveles, artístico y profesional, que lleva ejerciendo desde hace dos o tres años. Yo le he entregado un montón de canciones en los últimos tiempos, y me las ha tirado todas a la cara. Mientras tanto, él ha escrito sólo diez líneas de una canción en los últimos diez años. No se ha matado a trabajar». A pesar de todo, Bolín dice no guardar rencor. «Yo le aprecio mucho, sólo quiero que vuelva a sus cabales».

Subir rápido y bajar despacio

La Unión tuvo un ascenso fulgurante: su primer gran éxito, «Lobo Hombre en París», con producción de Nacho Cano y Rafael Abitbol , llegó al número 1 en ventas durante nueve semanas consecutivas hasta despachar más de 200.000 copias. A los pocos meses llegó su álbum de debut, «Mil siluetas» (1984), con canciones que también se tornarían en clásicos del pop español como «Sildavia», a las que con los años se unirían otras como «Maracaibo», «Al este del edén», «Natalia», «Fueron los celos» o «Vuelve el amor», y más discos de gran calado como «4x4» (1987) o «Tren de Largo Recorrido» (1992). Desde mediados de los 90 su popularidad empezó a caer, a un ritmo lento pero continuado. A pesar de todo, La Unión siguió dando buenos conciertos y sacando material decente, y terminó construyendo una trayectoria de casi cuatro décadas con un repertorio de más de 150 canciones de las que vendieron más de tres millones de copias, recibiendo en 2006 un doble disco de diamante por toda su carrera discográfica. Una lástima que todo tenga que acabar de una forma tan triste .

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