Margarita Vargas: «He vuelto a entrenar y montar a caballo»

Ni intolerancia al gluten, ni intervención quirúrgica ni un posible trastorno alimentario, como se ha llegado a insinuar. El secreto del impresionante cambio físico de Margarita Vargas ha sido entrenar más y comer menos.

La mujer de Luis Alfonso de Borbón ha confesado, en conversación telefónica con ABC, que le encantaría poder decir que come de todo, pero no es así. «Vivo del aire», bromea. Sin embargo, la duquesa de Anjou asegura que lo que realmente le ha ayudado a bajar la talla ha sido hacer mucho ejercicio y volver a montar a caballo. «Cuando me rompí el pie, en 2015, tuve que dejar de entrenar, y eso no ayudó», explica.

El pasado mes de septiembre, la venezolana sufrió una fractura en la pierna izquierda mientras practicaba su deporte favorito, la hípica, y la lesión la mantuvo alejada de su montura (y del gimnasio) durante unos meses.

«Pero en cuanto he vuelto a la actividad, he adelgazado. También he cambiado de entrenador y es posible que eso haya ayudado», declara.

Respecto a su celiaquía, no ha sido esta vez el motivo de su actual pérdida de centímetros. En el año 2011 padeció otro cambio muy brusco de peso. Tras someterse a varias pruebas en el hospital Mount Sinai de Nueva York, le detectaron una intolerancia al gluten. Pero eso fue hace cinco años. En la actualidad, y como bien dice la aristócrata, no hay receta mágica que valga: para perder una talla lo que funciona es «comer la mitad y entrenar el doble».

Su estilizado cuerpo no es lo único que acaparó los focos en su aparición en el desfile de su amigo Jorge Vázquez, que tuvo lugar esta semana en el marco de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Con el pelo más largo y oscuro, las cejas anchas y bien perfiladas, unas pestañas XL y los labios pintados de rojo, deslumbró en la front row. ¿Qué ha hecho para estar tan guapa? «Pero si soy de las que no se cuidan nada, y uso los cosméticos de los supermercados», responde entre risas. «Lo único a lo que le dedico atención es a mi pelo». Y se nota. Su magnífica melena brilla tanto como ella en este momento deslumbrante de su vida.