Manuel Benítez «El Cordobés» entierra el hacha de guerra con su familia

Un nuevo octogenario de relumbrón se suma a la lista de mayores enamorados. Tras Mario Vargas Llosa y el marqués de Griñón, ahora es Manuel Benítez «El Cordobés» quien recompone su vida sentimental después de su reciente ruptura con Martina Fraysse, la que ha sido su mujer durante 50 años y madre de sus cinco hijos (tiene dos más por «imperativo legal»). Esta semana, unos paparazis fotografiaron al maestro de Palma del Río en compañía de su nuevo amor: una viuda de 57 años, llamada Mari Ángeles. Con ella, Benítez se ha instalado en la casa que tiene en la finca «Villalobillos», cuya propiedad comparte con el ganadero Ramón Sánchez. Fue allí donde el diestro encontró refugio hace unos meses, cuando abandonó el domicilio familiar, situado en el centro de Córdoba, tras anunciar su divorcio de Martina.

Sonrientes y sin percatarse de la presencia de las cámaras, estas fotografías de El Cordobés y su pareja confirman la información que adelantó «El programa de Ana Rosa», donde además se apuntaba a que la susodicha es hija de un picador que años atrás trabajó junto al famoso torero. El revuelo que se ha organizado ha sido de tal calibre que El Cordobés se ha encerrado en su finca. Lleva cinco días sin salir de allí, a la espera de que los reporteros que hacen guardia en la entrada de la propiedad se harten y se retiren. Las apariciones de Manuel Benítez en público son escasas, más aún desde el giro que ha dado su vida con el divorcio y, sobre todo, con la confirmación a través de una sentencia judicial de que Manuel Díaz «El Cordobés» también es hijo suyo.

En defensa propia

Pese a que su vida íntima está en boca de todos, lo que a Benítez le ha sentado rematadamente mal es que se diga que existe una pésima relación entre él y su hijo Julio. Y, sobre todo, que se cuente que en alguna ocasión se mostró avergonzado de Julio como torero. Por segunda vez en este año, el maestro de Palma del Río ha enviado un comunicado para negar tales afirmaciones. Asegura que «Julio es de mi “sangre” y los que me conocen saben a qué me refiero con ello. Para quien ha toreado en medio mundo, es una satisfacción que mi hijo pequeño se dedique a los toros. Le he apoyado desde el principio y lo sigo apoyando. Por tanto, es radicalmente falsa dicha información».

En el mismo texto, El Cordobés se lamenta de que se hayan citado «fuentes cercanas a la familia» para sustentar tales revelaciones. «Como ya tuve ocasión de hacer público hace unos meses -añade-, ninguna persona de bien que pertenezca a mi entorno, o presuma de mi amistad, puede prestarse a esto. Es sabido que, desde hace muchos años, he mantenido mi vida, personal y empresarial, al margen de los medios de comunicación. Siempre he estado dispuesto a colaborar con ellos, pero sólo cuando tenía algo que decir en temas relacionados con el mundo en el que he sido un referente internacional: el del toro. También he puesto mi persona al servicio de la promoción de las marcas “Córdoba” y “España”, cuando se me ha requerido. Por lo tanto, esta información y el circo mediático montado deben cesar de forma inmediata. En caso contrario, me veré forzado a iniciar las acciones legales que resulten procedentes, en aras de defender el buen hacer profesional de mi hijo Julio y de mi familia».

Sin duda, para el diestro lo más doloroso y humillante ha sido escuchar la historia de que se «avergüenza» de un hijo que sigue luchando por encontrar su nombre en los carteles de primera.

El silencio de Martina

En cuanto al aludido Julio Benítez, de momento prefiere no meterse en polémicas con su padre. Está claro que el divorcio ha fracturado a una familia que siempre pareció perfecta, sin saber lo que se vivía de puertas adentro. Martina Fraysse vive volcada en el cuidado de una de sus hijas y el resto del clan arropa a una madre que guarda silencio.

Eso no es óbice para reconocer que en esa casa ya nada es igual. El Cordobéssigue reuniéndose con sus hijos, sobre todo con los que llevan las empresas familiares, con objeto de tomar decisiones y firmar documentos. Con Julio se ha visto durante los últimos días en el campo, en la finca de unos conocidos, y allí han podido compartir unas horas juntos. En cuanto a la novia del maestro, en Córdoba todo son rumores, pero pocos pueden hablar públicamente de ella. Es más, los que sí pueden prefieren silenciar sus palabras, pues ya conocen el carácter del torero y nadie quiere enemistarse con él. El hecho de estar enamorado no ha dulcificado a Manuel Benítez.

Pese a todo, los que han pasado cerca de la finca «Villalobillos», donde ambos se han instalado, les han visto sonrientes y muy compenetrados: les unen la pasión por la naturaleza, los toros y la querencia por las reuniones con pocos amigos. Viven sin grandes lujos, pues la casa que ocupan no es un palacete -como se ha publicado- y la mayor parte del terreno pertenece a Ramón Sánchez. De lo que sí pueden presumir es de estar aislados y protegidos, tal y como desean.

En cuanto al estado de la «fortuna» de Manuel Benítez El Cordobés tras su divorcio, en el registro lo único que figura a su nombre es parte de la finca «Villalobillos», ya que el resto del conglomerado empresarial está a nombre de las diferentes sociedades familiares. Su exmujer, Martina Fraysse, figura como secretaria de Mirabel 08 Inversiones, con un capital que rondaría los 25 millones de euros, además de aparecer también como secretaria en Corbasa y Firga, dos empresas agrícolas, y otra más dedicada a la inmobiliaria. Por otro lado, la mayoría de sus hijos, salvo Maribel, ejercen como consejeros de estas sociedades. Eso explica que El Cordobés saliera en su día al paso de los que aseguraban que el divorcio con Martina era una tapadera para evitar que su hijo Manuel Díaz accediera a sus bienes. Benítez negó tajante que fuera un montaje e insistió en que, a pesar de que sus hijos figuren en esas sicav, sigue «teniendo el liderazgo de las decisiones empresariales».