La lenta y enigmática recuperación de Michael Schumacher

El piloto experimenta una gran mejoría y no está postrado en cama ni intubado, según la prensa inglesa

Rosalía Sánchez

El próximo 29 de diciembre se cumplirán cinco años del accidente de esquí sufrido en la estación francesa de Meribel por Michael Schumacher y solamente cinco días después la familia celebrará su 50 años, una fiesta que sus seguidores imaginaban con el piloto todavía postrado en cama y sin apenas capacidad de movimiento. Sin embargo, según publicó ayer el diario británico «Daily Mail» en un extenso reportaje, el siete veces campeón mundial de F1 podrá soplar las velas e incluso bailar, puesto que no está postrado en cama ni necesita un respirador artificial para mantenerse con vida . Por su magnitud y por las fechas, esta noticia ha sido recibida por los numerosos seguidores de Schumacher como un auténtico milagro navideño, aunque no queda claro en qué fuentes está basada.

«No está en cama ni entubado», comentan las fuentes consultadas por el tabloide. «Vive en el cuerpo central de la residencia de Suiza y recibe a diario intensos tratamientos en el ala adjunta» , añade, en referencia a la residencia adosada que antes del accidente estaba siendo habilitada como vivienda del padre viudo del piloto y que terminó convertida en un hospital con tecnología punta cuyo mantenimiento cuesta más de 60.000 euros semanales .

Ni la familia ni la fiel portavoz de Shcumacher, Sabine Kehm, desean comentar esas afirmaciones. Kehm justifica el secreto recordando que «ni antes ni después del accidente se ha permitido a la prensa informar sobre la vida privada de los Schumacher» y diciendo incluso que «creo que fue su sueño secreto , poder hacer eso algún día, ocultarse de todo el mundo».

Lo cierto es que, hace unas semanas, el presidente de la FIA, Jean Todt , confirmó a «Autobild» que había estado viendo el Gran Premio de Brasil con el piloto alemán. «En realidad, siempre soy cuidadoso cuando hablo de su estado. Pero sí, es cierto que vi el GP de Brasil con Michael en Suiza» , admitió, lo que dio a entender que Schumacher tiene ya consciencia y entiende lo que sucede a su alrededor.

El supuesto milagro, tras el derrame cerebral que sufrió a causa del accidente, se habría producido en algún momento de los últimos dos años, puesto que uno de los últimos en visitar a Schumacher en su casa de Suiza, donde solo es admitido un estrechísimo y mudo círculo de amigos, fue en verano de 2016 el arzobispo alemán Georg Gänswein, confidente del Papa emérito Benedicto XVI, y que tras la visita no habló de una mejoría reseñable. «Me senté frente a él, lo toqué con ambas manos y lo miré», describió, sin anotar reacción alguna. «Su cara, como todos sabemos, es la típica cara de Michael Schumacher; sólo se ha vuelto un poco más rellena» , dijo a la revista del corazón alemana «Bunte».

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