Las joyas robadas de los Goya se guardaban en un cuarto tras el escenario

Los ladrones se llevaron cuatro pares de gemelos, una sortija y dos juegos de pendientes valorados en 29.240 euros

MADRID Actualizado: Guardar
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El robo que tuvo lugar en el interior del hotel Marriott Auditorium de Madrid, lugar que acogió el pasado fin de semana la gala de entrega de los Premios Goya, bien podría responder a un guión de una película de intriga. No era una ficción, pero tampoco resultó ser un suceso tan extraordinario. Como ya ha ocurrió en ocasiones anteriores, cuando se trata de reunir a estrellas de cine acicaladas para una gran gala, los ladrones merodean por si pueden sacar tajada. En el Festival de Cannes de 2013, los cacos se hicieron con un cuantioso botín de 103 millones de euros en joyas; en esta ocasión, el saqueo durante la fiesta del cine español resultó mucho más modesto: 29.240 euros.

Entre las 22.00 horas del sábado (hora de inicio de la gala) y las 10.00 de la mañana del lunes, se sustrajeron varias piezas de joyería de la firma Suárez que se encontraban en uno de los camerinos habilitados para vestuario detrás del escenario -como confirmó ayer el propio hotel a través de un comunicado-. El responsable de marketing del establecimiento, Sergio Gómez, confirmó a ABC que no tuvieron conocimiento de la existencia de esas joyas hasta que fueron informados por la productora de la gala (Televisión Española), pasada la una de la tarde y cuando ya se había producido el delito. «En ningún momento anterior se comunicó nada», recalca.

Los culpables del hurto aprovecharon que las miradas no estaban puestas entre bambalinas para dar el golpe con el que consiguieron robar cuatro pares de gemelos, una sortija y dos juegos de pendientes de la conocida firma de joyería, que, en su papel de patrocinador de la gala, cedió piezas de manera gratuita para que los invitados al evento completaran sus estilismos. Fue el caso de Amaia Salamanca, Emma Suárez, Bárbara Lennie, Anne Igartiburu y Dani Rovira. Este servicio es uno más que la productora de los Goya pone a disponibilidad de los invitados (fundamentalmente los nominados), al igual que el de vestuario, maquillaje y peluquería.

Fue el lunes, a la hora de la recogida de enseres, cuando los organizadores del evento se dieron cuenta de la ausencia de las joyas y acudieron a la comisaria más cercana, en el distrito de San Blas, para interponer una denuncia, según confirman fuentes de la Academia del Cine. Desde esta entidad aseguran que a la estancia en cuestión se accedía mediante tarjeta magnética que solo tenía el personal autorizado. También informan que habían contratado a un equipo de seguridad, que se sumaba al propio del Hotel Marriott. No han querido detallar las medidas de seguridad con las que contaba el cuarto, ni más datos de las joyas de los que ya han trascendido a los medios, para no entorpecer la investigación en curso.

Pero este robo no fue el único que ha ensombrecido la 31 edición de los Premios Goya. Un surtido de material de grabación (varios objetivos, tarjetas de memoria y baterías) era robado, a la vista de todos, a un fotógrafo que se encontraba en el escenario tomando algunas imágenes de la gala. El trabajador, del que se desconoce el medio al que pertenece, también puso la correspondiente denuncia horas antes a la del robo de las joyas en la misma comisaria, según informan fuentes policiales a ABC que ya se encuentran siguiendo las primeras pistas de los delitos, que bien podría ser la historia del largometraje que gane el Goya a la mejor película el año que viene.

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