Joan Collins llama a la Policía tras descubrir a dos obreros sin mascarilla en su balcón
La actriz de 87 años cumple un estricto confinamiento en su casa londinense de Belgravia
Los ricos y famosos también lloran durante el confinamiento. No importa lo lujosas que sean sus mansiones, unas obras de reforma son suficientes para dar al traste con sus apacibles rutinas. Joan Collins hizo una llamada de emergencia a la Policía tras descubrir a dos obreros sin mascarilla en el balcón de su casa de Belgravia, en Londres. El edificio estaba cubierto de andamios debido a unas obras de remodelación.
La estrella de 87 años y su marido, el productor Percy Gibson, se han mostrado especialmente cuidadosos tras el estallido de la pandemia, extremando las medidas de seguridad e higiene en todo momento para evitar el contagio a su avanzada edad. El pasado domingo 10 de enero, Joan Collins recibió la vacuna en un centro de Bloomsbury . «Me desperté y encontré a dos trabajadores en mi balcón sin mascarilla y otros, también sin mascarilla, moviéndose por el edificio colocando andamios», declaró el «Daily Mail». «¿Por qué otros tienen que invadir mi cuarentena?» , añadió enfurecida.
Los agentes de la Policía Metropolitana no tardaron en dirigirse a la casa de la pareja. «Están hablando con Joan afuera ahora», declaró Percy. «Lo que es tan molesto es que estos trabajos son innecesarios. Seguramente, podrían haber esperado hasta que terminara el confinamiento. ¿Son realmente esenciales? Puedo entender que se estén realizando trabajos para reparar la red de gas o construir casas, pero no esto, que es una redecoración externa para hacer una casa bonita ».
Los tres últimos pisos de su edificio se han convertido en un gran apartamento triplex. Los ruidosos trabajos de construcción de la vivienda de al lado ya obligaron en 2017 a la pareja a abandonar una temporada su casa de 3 millones de libras para instalarse en un hotel. La actriz se quejó de que las obras estaban haciendo de su vida una miseria.
La interrupción siguió al colapso del techo de su sala de estar, causado por una fuga de agua que también se atribuyó a las obras de construcción. «Nuestra tranquila calle se parece a una obra en construcción», dijo entonces. «El ruido es absolutamente increíble» .
«Estamos rodeados de renovaciones masivas en los edificios a nuestra izquierda, a nuestra derecha, los cuatro pisos sobre nosotros y dos directamente enfrente, todo al mismo tiempo. El trabajo no se detiene con taladros, martilleos y golpes sin fin durante meses. Tuvimos una inundación y el agua caliente, la calefacción, la electricidad y el Internet se cortaron en varias ocasiones».
«Me echaron de mi propio piso, el piso en el que he vivido durante más de 20 años. No envidio a las personas que se están mudando y haciendo suyas estas casas, pero no todas están haciendo eso».
