InstagramLas cuentas de niños ricos en Instagram que están ayudando a la Policía a detectar el fraude

«Hay algo más odioso que niños ricos haciendo alarde de su estilo de vida ridícula en redes sociales como Instagram? Además la pobreza, la guerra y Geordie Shore, no, no hay nada que sea más que ellos», sentencia 'The LAD Bible'.

El portal online cuenta que, tal y como publicaba 'The Guardian', la Policía suele acudir a las cuentas de Instagram de «niños bien» porque no es la primera vez que las fotografías que comparten muestran actitudes poco lícitas de sus padres, revelando aquello que sus progenitores se empeñan tanto en ocultar.

Oisin Fouere, director general de Inteligencia K2 en Londres, ha asegurado que redes sociales como Instagram son «el primer puerto de escala». Recuerda Fouere que una vez las personas a las que investigaban le dijeron que no tenía ningún objeto de valor y gracias a la cuenta de Instagram de sus hijos pudieron dar con un yate que previamente uno de los investigados había negado poseer y que, pese a jurar que no tenía nada de valor, estaba valorado en 25 de millones dólares.

Según la Policía británica, la mayoría de «la gente rica perseguida por fraude» no tiene cuentas en Instagram u otras redes sociales, pero sí sus hijos, empleados o asociados, que además suelen ser bastante activos.

Recientemente, cuenta 'The LAD Bible', desde la firma global de ejecución de sentencias Burford Capital fueron capaces de apoderarse de un «jet privado recién adquirido» porque el hijo de los defraudadores publicó en Instagram una foto suya y de su padre frente al avión.

Los mensajes en Instagram de estos niños ricos están ayudando incluso en casos de divorcio, cuando el marido pretende ocultar bienes a la esposa.

Andrew Beckett, director general de la seguridad cibernética y las investigaciones en Kroll, dijo que encontraron decenas de viviendas registradas a nombre de un hombre después de que su hijo lo hubiese geo-etiquetado en su cuenta de Instagram. El hombre había reclamado originalmente que no podía pagarle a su exmujer la suma que el juzgado le había impuesto, 30 millones dólares, y los investigadores pudieron demostrar más tarde que su patrimonio era de 60 millones de dólares.