El imperio de Anna Wintour se desmorona: una ruptura y acusaciones de racismo

La separación de Bryan y Wintour supone la división de una fortuna multimillonaria, con un patrimonio neto aportado por Wintour de 35 millones de dólares

Anna Wintour ABC

María Estévez

Anna Wintour y el millonario de las telecomunicaciones Shelby Bryan han puesto fin a una relación de 20 años. Se rumorea que la poderosa editora de Vogue Estados Unidos, la Biblia de la moda, podría mantener algo más que amistad con el actor británico Bill Nighy , que esta semana estrena en España «Regreso a Hope Gap» con Annette Bening . Discretos en su relación, Wintour y Bryan rara vez se han visto en público en los últimos años y se sabe que la editora tiene un amplio círculo de amigos varones. Cuando le preguntaron a Nighy, en el 2015, sobre la naturaleza de su relación con ella, respondió «Obviamente no tengo nada que decir al respecto. Hay muchos rumores sobre mí y sobre Anna Wintour».

La separación de Bryan y Wintour supone la división de una fortuna multimillonaria, con un patrimonio neto aportado por Wintour de 35 millones de dólares , además de la considerable fortuna de su esposo. La pareja siempre ha vivido entre una casa adosada de 11,4 millones de dólares en el moderno Greenwich Village de Manhattan y una extensa mansión en los Hamptons, que cuenta con una cancha de tenis e impresionantes terrenos ajardinados que conducen a la costa.

Se desconocen las causas de la separación , aunque el desgaste de la convivencia y algún desliz amoroso del poderoso financiero podrían haber sido las principales causas de la ruptura. Considerada una figura tétrica dentro de la industria de la moda, Wintour, de 70 años, parecía triste cuando se dejó ver en Nueva York esta semana.

Junto a Shelby Bryan

Wintour y Shelby Bryan comenzaron a salir en 1999; su relación causó revuelo cuando el inversionista supuestamente abandonó a su esposa para estar con la editora de Vogue. Wintour estuvo casada anteriormente con David Shaffer , con quien tiene dos hijos adultos: Charles , 35, y Bea , 33. La ruptura se produce en un año difícil para Wintour, ya que uno de sus colaboradores más cercanos, André Leon Talley , ha publicado unas mordaces memorias, donde admite los desaires de la editora en los años que trabajaron juntos. En mayo, el ex confidente de Wintour, pintó un cáustico retrato de ella en su libro, «The Chiffon Trenches». Talley, quien trabajó en Vogue durante más de dos décadas y finalmente se convirtió en el editor general de la revista, criticó a Wintour por su manera de ordenar a su alrededor. En un pasaje de un libro, Talley describió cómo Wintour lo había «cancelado» a su alrededor porque, según ella, era «demasiado mayor, demasiado gordo y demasiado poco atractivo». En un correr de tinta cargado de la ira acumulada, Talley afirma que Wintour tiene una interminable lista de escritores, estilistas y modelos a los que ella ha puesto veto en su «gastado y deshilachado gobierno». En otro párrafo abrasador, escribió que ella solo se relaciona con gente poderosa y famosa, como las que pueblan las páginas de Vogue. «Sin piedad, ha convertido a sus mejores amigos en personas privilegiadas, los elegidos dentro de su campo; Serena Williams , Roger Federer , el Sr. y la Sra. Clooney son, para ella, amigos».

André Leon Talley

Un mes después de la despedida de Talley, la editorial de Vogue, Condé Nast en Estados Unidos, se vio sacudida por acusaciones de racismo generalizado porque, además de ser editora de Vogue, Wintour también se desempeña como directora artística de la editorial. Las afirmaciones de racismo obligaron a Wintour a emitir un raro mea culpa, en el que se disculpó por los «errores racistas» que haya podido cometer.

En un memorando interno al personal, Wintour admitió haber dejado que cierto «comportamiento hiriente e intolerante» pasara sin control durante su reinado de 32 años en la revista de moda, además de no hacer lo suficiente para defender a los diseñadores y empleados negros. «Quiero decir que sé que Vogue no ha encontrado suficientes formas de elevar y dar espacio a los editores, escritores, fotógrafos, diseñadores y otros creadores negros. También hemos cometido errores al publicar imágenes o historias que han sido hirientes o intolerantes. Asumo toda la responsabilidad por esos errores», escribió la editora. Muchos creían que Wintour finalmente renunciaría como editora en jefe de Vogue y, aunque la compañía expresó su apoyo a su empleada más famosa, es posible que, por primera vez, Anna Wintour haya perdido su posición de intocable . Renunciar al trabajo tal vez sea lo que necesita para ser feliz en el amor junto al actor Bill Nighy.

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