Ana María Abascal
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La hermana de Naty Abascal, rota por la muerte de su marido

El aristócrata Javier de Medina, esposo de Ana María, fallece tras sufrir una larga enfermedad

Madrid Actualizado: Guardar
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Hace casi tres años un brutal accidente de tráfico sembró la tragedia en el seno de la familia Medina-Abascal. Entre los ocupantes del vehículo siniestrado se hallaba el aristócrata sevillano Javier de Medina y Liniers, marido de Ana María Abascal y cuñado de Naty Abascal. La salud de Medina quedó muy resentida y durante todo este tiempo estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte. Hace unos días perdió la batalla y falleció en Sevilla, sumiendo a su mujer en un profundo pesar.

La infancia de Javier de Medina, primo hermano del anterior duque de Feria -el marido de Naty-, transcurrió en la Casa de Pilatos, el palacete que su familia posee en el centro de Sevilla. Dicen que nunca gozó de buena salud y que incluso antes de sufrir el grave accidente ya había estado convaleciente por diversas causas.

Una muerte joven

El episodio del reciente fallecimiento del tío de Rafael y Luis Medina se torna especialmente trágico tras otra desgracia que hace casi dos décadas sacudió a la familia. En el verano de 1986, José María Medina Abascal, hijo de Javier y Ana María, moría a los 19 años en un accidente de circulación. José María conducía un Ford Fiesta por la autovía Sevilla-Huelva cuando colisionó con un camión. Ninguno de los cuatro ocupantes del coche sobrevivieron al brutal choque.

Ana María Abascal, una mujer discreta que optó por hacer su vida lejos de los focos que persiguen a su hermana, ha encontrado el mejor refugio en su familia. Naty se hallaba en Milán cuando se enteró del fallecimiento de su cuñado y no pudo suspender los compromisos laborales que tenía en Italia. A pesar de ser gemelas, las hermanas Abascal son muy diferentes. Hace tiempo, Ana María confesaba que de pequeñas a ambas las confundían siempre. En una entrevista concedida a «Mujer Hoy», en la que hablaba sobre su relación con Naty, afirmaba haber compartido, también desde niña, la afición por la alta costura y el mundo de la moda. Sin embargo, ella prefirió asentarse en Sevilla, donde en 1999 abrió una exitosa tienda de antigüedades, mientras que su hermana siguió su carrera delante de las cámaras de los mejores fotógrafos de moda del mundo.

Apoyo de su hija

Ana María trabaja codo con codo con su hija Patricia Medina Abascal, con la que comparte su pasión por las antigüedades. Patricia siempre tuvo claro a qué quería dedicarse profesionalmente y estudió Anticuariado y Decoración e Historia del Arte. Una vez terminados los estudios, surgió la idea de montar un negocio con su madre, que siempre ha funcionado muy bien. En su almoneda de la calle Fernández y González de la capital hispalense se puede encontrar una selección de muebles y objetos de los siglos XVII al XX, acertadas muestras de los 50, 60 y 70, piezas de autor y anónimas y muebles de campo.

En 2003, Patricia contrajo matrimonio con el abogado Jerónimo Solís-Beaumont Guardiola en la Real Maestranza de Sevilla, emparentando a los Medina-Abascal con otra de las grandes familias de Andalucía. La novia cautivó a la prensa con un vestido creado para ella por Christian Lacroix, gran amigo de su madre y de su tía. A la boda, por supuesto, no faltaron sus primos, Rafael y Luis Medina, con los que mantiene una estrecha relación desde la infancia, cuando compartían risas y juegos en la Casa de Pilatos.

Fruto de ese matrimonio nacieron Javier, Jaime y Blanca. Estos niños son los que ahora pueden devolver la sonrisa a Ana María.

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