Georgina, de compras en la avenida más cara de Lisboa

Mientras se extienden las especulaciones sobre el posible embarazo de Georgina Rodríguez, la novia de Cristiano Ronaldo no ha desaprovechado la oportunidad de acompañar esta semana al espectacular delantero en su desplazamiento a Lisboa para integrarse en el «stage» de concentración de la selección portuguesa de fútbol. Sí, porque la vigente campeona de Europa se juega su clasificación para el Mundial de Rusia 2018 con un decisivo partido en Riga este viernes 9 de junio frente al combinado de Letonia.

Mientras el actual Balón de Oro comenzaba a entrenarse con sus compañeros en el Estadio Nacional de Jamor, ubicado en Oeiras, a 20 kilómetros de la capital lusa y a medio camino en dirección a Cascais, ella fue vista en la Avenida da Liberdade, la más lujosa de Lisboa. Y, claro, se sumergió en unas compras de alto nivel en medio de un bulevar que sigue la estela de los parisinos Campos Elíseos y reúne tiendas de maras como Gucci, Prada, Bvlgari, Louis Vuitton, Loewe, Trussardi, Tod’s, Versace, Hugo Boss, Michael Kors, Armani, Rosa Clará, Pronovias, Porsche Design, Lacoste, Guess, Hackett, Burberry, Cartier, Sacoor Brothers, Longchamp, Montblanc o Zadig & Voltaire.

Tan irresistible oferta se desplegaba en todo su esplendor ante la joven aragonesa de 23 años, convertida en un verdadero objetivo mediático desde que se confirma su relación prolongada. Nada extraño, por tanto, que únicamente pudiera claudicar ante esta atractiva perspectiva.

Los escasos «paparazzi» que tuvieron acceso a retratar a la ex dependienta de la madrileña Milla de Oro testimoniaron la creciente prominencia de su barriga, en una muestra más de que puede ser tal vez esta chica la persona que le dé a CR7 su segundo hijo, después de que tuviese a «Cristianinho» hace casi siete años gracias a una madre de alquiler estadounidense. Algunas informaciones aseguran que se halla en su cuarto mes de gestación, lo que significa que resta poco tiempo para que ya no quede lugar a dudas ante la evidencia.

En vista del beso que ambos se dieron en el Cardiff City Stadium, cuando el Real Madrid celebraba su 12ª Champions, parece más que consolidado el vínculo entre ellos, acallando las voces que apuntaban a una hipotética relación pasajera. Cuando sus labios se juntaron sobre el césped, no faltaron enseguida los comentarios acerca de una supuesta comparación con el pasional entrelazado de Íker Casillas y Sara Carbonero hace siete años, cuando la selección española se proclamó campeona del mundo en Sudáfrica y las cámaras de Tele 5 se alzaron como testigo, con Felipe y Letizia al fondo.

Allí, en el estadio galés, pudo verse a Georgina al lado de Dolores Aveiro, la madre de Cristiano, otra prueba añadida de que el clan la ha acogido con los brazos abiertos. De hecho, fuentes próximas a la familia en su ciudad de origen, Funchal, han confirmado a ABC que a todos los ha subyugado esta mujer porque la ven mucho más sencilla y cercana que, por ejemplo, en su día la modelo rusa Irina Shayk, pues esta no llegó a integrarse nunca ni evidenció anhelos de hacerlo. Ahora la cercanía se impone para dar rienda suelta a la imagen de un núcleo unido.

El caso es que, durante el paseo por la lisboeta Avenida da Liberdade, a Miss Rodríguez se la vio acompañada no solo por los guardias de seguridad que habitualmente trabajan para Ronaldo, también por Ricardo Regufe, su mejor amigo y ejecutivo de marketing en Nike Portugal.

Es precisamente en la emblemática arteria de Lisboa, que comunica las plazas de Restauradores y Marqués de Pombal, donde se ubica el ático de lujo que el jugador estrella del Real Madrid adquirió a comienzos de 2015 por dos millones de euros para amplificar su tren de vida y dominar las vistas de la ciudad donde despuntó en el Sporting (el mismo club se había dado a conocer Figo) antes de que sir Alex Ferguson lo reclutase para el Manchester United.

Su domicilio en la cuna del fado se erige en el número 238 de la Avenida da Liberdade, aunque al edificio se accede por la calle de atrás, Rodrigues Sampaio, esto es, en el corazón de la capital portuguesa.

Una casa decorada gracias a un acreditado equipo de asesores lusos, con predominio de los colores blanco y amaderado. Allí Georgina se encuentra muy a gusto, pues además la terraza se inunda con unas preciosas plantas.

Siempre con una decidida apuesta del crack por el «made in Portugal», pues él ya ha declarado en varias ocasiones que una de sus metas pasa por impulsar la industria local. De hecho, las sábanas y mantas que comercializa se fabrican en la localidad de Viseu o su línea de calzado procede de Guimaraes, a 50 kilómetros de Oporto. Al parecer, Georgina Rodríguez apoya a su novio hasta en esos detalles tan específicos.